Carlos Vidal
Mohamed Tissei y Atteneri Tur despidieron el año 2006 con un nuevo triunfo en su palmarés. Los dos atletas del CA Pitiús fueron las ganadores absolutos en la decimoséptima edición de la Pujada a la Catedral, que se disputó este domingo con la presencia de 235 corredores, récord de participación de la prueba.
Tissei empleó 7 minutos y 13 segundos en recorrer los 3.800 metros que separan la Casa del Mar, en el paseo Juan Carlos I, de la Plaza de la Catedral, en Dalt Vila, consiguiendo de esta forma su tercera victoria consecutiva en la última prueba del año. «Mi objetivo era sacar distancia a los demás corredores en el llano para posteriormente, tomarme con tranquilidad la subida a la Catedral, que es un 'rompepiernas' y que, además, se complicaba porque el suelo resbalaba mucho», afirmó el corredor.
Cristian Torres, apenas diez segundos después, fue el segundo clasificado, seguido de Toni Tugores, Miguel Tur, Isidro Gil, Daniel González, Darío Ferrer, Mario Avellaneda, Juanjo Serra y Esteban de las Heras. La primera mujer en cruzar la meta fue Atteneri Tur, que se impuso en un emocionante duelo a su compañera de equipo Sara Cardona. «Es la primera vez que gano esta carrera y estoy muy contenta. Sara y yo nos hemos disputado el triunfo, aunque al final pude distanciarme unos metros de ella y llegar primera a la meta, pero lo que no hay duda es que es una prueba muy dura, sobre todo en su último tramo», declaró Atteneri Tur.
Otro apartado importante en la Pujada es el premio al mejor disfraz. En este apartado el ganador fue el equipo 'Air Madriz', en el que los hijos de Torregrosa, que también ganaron el año pasado, se disfrazaron de un avión de la compañía área con el lema 'Llegamos con retraso'. Efectivamente, fueron los últimos en cruzar la meta. Pero no fue el único disfraz original y en la carrera se pudo ver desde un indio hasta el conocido Neng. Además, entre los competidores se contaban otros deportistas como el nadador Javier Cardona o el futbolista Enric Tarrés, apoyado entre los espectadores por su padre, el alcalde de Eivissa, Xico Tarrés, que no desentonaron entre tanto atleta e hicieron un buen papel.