La Peña Deportiva acabó 2006 con un 0-0 ante el Vilafranca y abre el nuevo año con idéntico resultado ante el Constància, lo que supone el octavo empate sin goles de la temporada. En esta ocasión no se puede decir lo de año nuevo, vida nueva y es que, por lo que respecta al conjunto ibicenco y sus problemas con el gol, la vida sigue siendo igual.
El equipo que dirige Paco Marín sigue peleado con la portería contraria y cuando un equipo se le encierra en su campo como es el caso del Constància tiene pocos argumentos ofensivos para romper el atasco. En esos casos todo depende de una jugada a balón parado, un disparo desde lejos o una genialidad de Guarte, pero poco más. En el primer tiempo dispuso de oportunidades para marcar en dos disparos desde fuera del área de Guarte, que salió desviado por muy poco en el minuto 34, y de Diego Romero, que Bernat despejó a córner en el 38. En la segunda parte los locales siguieron intentándolo por mediación de Jorge o Guarte, pero con igual mala fortuna. Y es que lo de la Peña ya empieza a ser cosa de brujas y vuelve a reabrirse el debate sobre la necesidad de contratar algún refuerzo en la línea de ataque.
Pero si la Peña hizo un mal partido, tampoco se puede decir que el rival ayudó demasiado al espectáculo. El Constància, un equipo que no debería estar tan abajo en la clasificación, pero que por esa misma situación no arriesga ni un ápice, se limitó a defenderse con orden, olvidándose completamente de la portería defendida por Rivas. Tiene jugadores que pueden inquietar en ataque, como es el caso de Vadillo o el recién fichado Mikel Arce, pero dio por bueno el empate y no hizo nada para variar el marcador.
Por lo que respecta al partido, a la Peña le costó bastante entrar en juego y durante los primeros minutos el dominio fue para el Constància. Tras unos minutos de auténtico sopor, los ibicencos parecieron despertarse en el último cuarto de hora de la primera mitad. Los dos disparos anteriormente citados de Guarte y Diego Romero y un posterior cabezazo de Guarte a centro por la banda derecha de Tino que Bernat acertó a atajar fueron sus mejores ocasiones.
En el segundo tiempo, Marín dio entrada a Jorge Oliver y, posteriormente, a Àngel. Es decir, que colocó sobre el terreno de juego a todos sus artilleros. Pero ni por ésas. La Peña siguió siendo el único equipo que intentaba inquietar la portería rival, aunque tampoco llegaba con claridad a la meta rival. Lo mejor que ofreció en ataque en el tramo final del encuentro fue un cabezazo y un disparo a la media vuelta de Jorge que, en ambas ocasiones, salieron desviadas por poco. Al final, nueva decepción en casa del conjunto de Santa Eulària que, si bien es verdad que no ha perdido en casa esta temporada, lo es más que ha dejado escapar muchos puntos. También que empieza a aburrir hasta las ovejas. Y eso pasa factura en la grada.