Gustavo L. Sirvent / Area 11
La jugada maestra de Luis Elcacho dejando a Manel en el banquillo durante la primera parte y dándole entrada en la segunda totalmente fresco fue digna del propio Kasparov. El técnico del Eivissa sabía que teniendo descansado a panzer podía matar el partido, como posteriormente ocurrió con los dos tantos que le dieron la victoria al grupo deportivista.
El hecho de que resten noventa minutos por jugar provoca que la plantilla ibicenca enarbole la bandera de la cautela, ya que, a pesar del 0-2 obtenido ayer, todos recuerdan lo que le pasó al Sporting B en la pasada eliminatoria, que venció 3-0 en Gijón y luego cayó eliminado en Can Misses.
Elcacho tenía claro que los dos estiletes ofensivos de su rival, Escalada y Seba, eran el peligro, por lo que puso a Buti y a Joan Castillo encima, ayudados en las bandas por José y Sergio Fernández. Esta decisión le salió a pedir de boca, puesto que el primero se desquició y acabó viendo cartulina amarilla y el segundo fue sustituido en el minuto 57.
La estrategia sobre el tapete andorrano continuó maniatando el centro del campo local y teniendo la posesión del esférico, lo que provocó que llegaran las primeras ocasiones. Xavi Gràcia botó una falta directa que obligó a lucirse al meta Luis Fernández, que detuvo el primer disparo de los rojillos. Corría el minuto 7.
Al cuarto de hora, Berto volvió a probar suerte desde la frontal del área y tuvo la misma respuesta del cancerbero turolense. Estas dos fueron las únicas ocasiones del primer acto, ya que el choque discurrió por la parcela ancha del campo sin que el esférico llegara a las bandas ni a las porterías de ambos porteros. Con el 0-0 se llegó al descanso y con las ilusiones intactas.
El arranque de la segunda mitad fue similar al final de la primera en el que ambos equipos continuaron jugando sin trenzar jugadas y jugando sin profundidad y por el centro del campo. Para solucionar este atasco, Elcacho dio entrada al as que tenía en su manga: Manel Martínez. El delantero de Sabadell fue un referente para sus compañeros, que le enviaban balones para intentar segundas jugadas.
El ariete catalán gozó de su primera ocasión en el 58. Se plantó solo ante el meta local y cruzó demasiado el esférico, que se perdió por la línea de fondo. Era su primer aviso.
El partido transcurría con la igualdad inicial sin que ninguno de los dos porteros tuviera que intervenir, ya que las ocasiones brillaron por su ausencia. Hasta que llegó el 0-1 a falta de tres mintuos para la conclusión. Isi sirvió un centro medido para el delantero deportivista, que solo de marca, cabeceó a las mallas de la meta turolense.