Miles de aficionados ibicencos se dieron cita en el Parque de la Paz para celebrar el triunfo histórico de España. La mayoría de ellos ni siquiera habían nacido cuando la selección celebró su último éxito, la Eurocopa de 1964. Ahora, 44 años después, no tuvieron que echar mano del NODO y pudieron entonar por fin el Campeones, campeones o el Que viva España. Casi toda la isla estuvo paralizada desde minutos antes de las 20,45. En los bares, con los amigos o en las pantallas gigantes habilitadas en el Parque Reina Sofía, en Eivissa, que presentó un lleno hasta la bandera, o en la Plaza Norte de la Iglesia, en Sant Antoni, fueron los lugares elegidos para seguir el encuentro. Los nervios iniciales dieron paso con los minutos a la ilusión y la certeza de que, esta vez sí, el título no se iba a escapar. La primera ocasión no llegó hasta el minuto 13, cuando Lehmann a punto estuvo de encajar un gol en propia meta. En el 22 llegó otra ocasión clara, en un cabezazo de Torres que se estrelló en el poste. Poco después estalló la euforia. El Niño se adelantó a Lahm y Lehmann para abrir el marcador en el minuto 33. Con una superioridad aplastante del combinado nacional pasaron los minutos, y en la segunda mitad se vislumbraba gracias al juego de salón de España que la ansiada Copa de campeón no se escaparía. Y así fue. Con el pitido final explotó Eivissa. Bocinazos de barcos, petardos, banderas, toques de claxon... La alegría y la emoción dieron paso a la celebración y la euforia, que se extendieron hasta altas horas de la madrugada en las principales fuentes y plazas de la isla, como el de La Paz, en Vila, donde se citaron más de 5.000 personas.
Eivissa Roja