La maldición de los filiales continúa sobre la SE Eivissa. El equipo rojillo, que sólo logró cinco de 18 puntos ante los B de otros clubes la temporada pasada, se metió ayer en la zona de descenso tras ser noqueado por un Barcelona B al que revolucionó Goran Maric en la segunda parte. Las perlas azulgrana endosaron así la primera derrota en casa de la presente campaña a los ibicencos, que están siendo víctimas, jornada sí, jornada también, de sus errores individuales. Ayer, el bueno de Manu, que, por ejemplo, había evitado una goleada mayor ante el Villarreal B (4-2) con paradas de primer nivel, vivió una tarde aciaga y contribuyó notablemente a la victoria de los culés. Éstos llevaban dos partidos sin marcar y no habían puntuado a domicilio, pero ayer se casaron con el número tres: cantidad de goles que endosó a los pitiusos y cifra de puntos que suma lejos de la Ciudad Condal.
En el primer tiempo hubo pocos errores defensivos por parte de ambos equipos. El conjunto de Rubi supo esterilizar las individualidades de los azulgrana, pero tampoco vieron la forma de romper la zaga visitante, pues el 4-3-3 tan abierto en ataque con el que actuó el filial barcelonista se cerraba a la perfección a la hora de defender.
Con todo, y como siempre, hubo ocasiones para marcar. Pocas, pero las hubo. La más clara la tuvo Julien en sus botas en el minuto 13, cuando un centro desde la izquierda de Sanz, que había recibido un pase en profundidad de Biel Guasp, le dejó solo frente a Rubén, pero su volea se marchó arriba. La réplica del Barça Atlètic la dio Torres con un disparo desde unos 25 metros que se fue por encima del larguero.
Los locales fueron lo que más cerca estuvieron de acabar con el cerocerismo en el marcador, pero, sobre todo, les faltó decisión. Sí, porque llegar, llegaron, pero parecía que tenían miedo a golpear el balón. Julien, en el 31' y tras un buen pase de Javi Moreno, perdió la posición ante los centrales en su intento de penetrar por el centro, y el de Silla, en el 34', se excedió con los recortes dentro del área para acabar perdiendo el esférico por no tirar con el pie derecho.
Pero lo peor de todo no fue la escasa pegada de los rojillos, sino la lesión de Javi Moreno en el minuto 37. El ex delantero cordobesista fue producto de una posible falta al borde del área que el colegiado obvió por completo y tuvo que retirarse con un esguince que le mantendrá apartado de los terrenos de juego entre dos y tres semanas.
Durante el descanso, Luis Enrique se atrevió a mover ficha y colocó al ex celtarra Goran Maric, pichichi de Segunda B la pasada campaña con 21 goles, en punta en lugar del joven Rochina. El croata dio otro aire al ataque del Barça Atlètic; sus movimientos entre líneas y envergadura obligaron a los locales a emplearse a fondo en defensa, pero no resultó suficiente.
El Eivissa empezó a verse en apuros mientras Maric seguía haciendo de las suyas para obligar a Rial a forzar un córner en el minuto 57. No pintaban bien las cosas y peor lo hicieron tras el saque de esquina, pues Manu no supo imponer su ley en el área pequeña y Botía cabeceó delante de sus narices la pelota al fondo de la red. Jarro de agua fría en Can Misses... y por partida doble. Sí, porque el B encarriló el partido dos minutos después con un jugadón de Maric por la banda derecha finalizado con un remate de Gai Assulin a placer.
Cuando más cerca estaba el 0-3 que de otra cosa, el conjunto de Rubi restableció la igualada en un abrir y cerrar de ojos. Primero, Jonan culminó un contragolpe tras un magnífico servicio de Julien en el 65' y, después, Pisano, en un centro de Raúl Rodríguez, se estrenó como goleador con un remate de cabeza en el que marcó perfectamente los tiempos. La grada estalló de júbilo, pero lo que realmente iba a estallar era una bomba de Longás que Manu, protagonista de un paradón 30 segundos antes, se tragó dos minutos más tarde. Con el partido roto, el Eivissa lo intentó más con el corazón que con la cabeza y acabó hincando la rodilla por 2-3, un resultado que pudo ser más amplio de no ser por la cruceta, que abortó casi en el descuento un zambombazo del jugador de la tarde: Goran Maric.