Salamanca es la ciudad por antonomasia del baloncesto femenino. Es digno de elogio ver cómo la ciudad se vuelca con este deporte, como se ha demostrado a lo largo de la Copa de la Reina, en la que el pabellón Multiusos Sánchez Paraíso tuvo un lleno hasta la bandera en la primera jornada y una entrada más que notable en la final ayer entre el Ros Casares y el EBE Ibiza PDV. Precisamente el conjunto ibicenco fue el que recibió más apoyos de la afición local, que se volcó con las baleares. Tanto que se puede decir que en la final ante las valencianas el PDV jugaba en casa. No sólo porque los aficionados del Pefumerías Avenida son anti-Ros Casares declarados, sino porque las ibicencas enamoraron a la afición que curiosamente había visto como le aguaban la fiesta tras derrotar al equipo de casa en los cuartos de final.
Para reconocer y agradecer el apoyo de la afición salmantina el EBE Ibiza saltó a la cancha 15 minutos antes de arrancar el choque corriendo en fila de a uno alrededor del campo aplaudiendo en lo alto. Y el gesto obviamente fue correspondido. Durante el choque los ánimos al equipo ibicenco fueron constantes y al final del encuentro los aficionados agradecieron el esfuerzo de las de Jordi Fernández al grito de «Ibiza, Ibiza». Ese especial cariño hacia el conjunto de Santa Eulària se notó cuando los aficionados se acercaron para sacarse fotos con Lyttle, Morales y compañía. «Cómo nos habéis hecho disfrutar», «partidazo» o «Silvia/Sancho, ¿por qué no te vienes aquí el año que viene y ganamos la Copa juntos?» fueron algunos de sus comentarios, palabras que halagan y reconfortan, sobre todo, cuando has perdido una final.