Miguel de la Cerda, conocido deportivamente como Miguelito, regresó el pasado fin de semana a las pistas y lo hizo por todo lo alto. El jugador actuó infiltrado para colaborar en la victoria en Ripollet por 1-4, con golazo de vaselina incluido. El barcelonés acudió ayer de nuevo a la clínica para ser infiltrado y forzar ante el Inca, equipo ante el que el cuadro ibicenco podría cantar el alirón en caso de victoria y pinchazo del Corbera.
Miguelito, que se reincorporará hoy a los entrenamientos, recordó que «dependemos de nosotros, pero no hay que confiarse». El derbi balear será «un partido trampa, ya que ellos tienen un buen equipo, como demostraron en la primera vuelta». El jugador del Gasifred no se quiere perder una cita en la que los suyos podrían convertirse matemáticamente en campeones. «Ojalá podamos celebrarlo ya en la pista», comentó.
Lo que no pasa por su mente, desde luego, es perder la primera plaza: «Estamos en una buena línea, que viene de atrás, y sería desastroso no conseguir el ascenso».