Juan Carlos Sanchís afronta desde hoy la segunda etapa de la Transat 6,50, con un total de 3.300 millas entre Madeira y Salvador de Bahía (Brasil). Es la parte más dura de la prueba, con casi tres semanas de navegación en solitario, aunque el 'skipper' ibicenco reconoce estar preparado y con mucha ilusión. «Me encuentro muy bien y con muchas ganas de empezar esta segunda etapa. Son muchos días en el puerto de Funchal, al que llegamos el 20 de septiembre, y la verdad es que la espera se hace casi eterna. Espero que toda vaya bien en este segundo tramo de la regata, aunque considero que es muy difícil acabar en puestos de podio. Son muchos días de navegación y puede pasar cualquier cosa, pero los tres primeros clasificados están a demasiadas horas de diferencia. Quizá cabe la posibilidad de alguna avería o algo parecido, pero la verdad es que no me gustaría ganar así», declara el regatista.
Sanchís, que disputa su tercera Transat 6,50, es un auténtico 'lobo de mar' y no le preocupa la dureza de la regata. «Es verdad que es una prueba complicada, pero en la que hay días muy buenos y otros muy malos, como en todo. La primera parte de la regata es como una contrarreloj y ahora toca la etapa de montaña. Dentro de esta segunda etapa hay dos tramos diferentes. El primero es hasta llegar al Ecuador y el segundo desde el Ecuador hasta Brasil, en la que los vientos, el clima es diferente y, por lo tantol, la navegación también. De todas formas mi objetivo es completar el recorrido en 20 días», dice.
El ibicenco reconoce que la embarcación (Somni-Gaes Solidaria) «está muy bien, casi mejor que el día que partimos de La Rochelle. El percance del primer día ya está olvidado y espero no tener problemas de averías ni nada parecido. Para eso hemos trabajado todo este tiempo».