SAN RAFAEL: Seral; Víctor, Adrián Rosa, Buti, Pepe Grimaldo; José Luis, Pedro, Javi (Salazar, 78'), Bonilla; Romero(Cervantes, 74') y Carlos Fernández (Suso, 87').
PEÑA DEPORTIVA: Moro; Abel (Raúl Gómez, 73'), Villodre, Berto, Gavilán; Youssouf; Vicent, Iván Torres, Nico (Marc, 72'), Osky; y Raúl Salas.
Gol: 1-0, Adrián Rosa (55').
Àrbitro: Puigserver Trovat. Amonestó con amarilla a los locales Buti, José Luis, Pedro, Carlos Fernández, Víctor, Suso y Salazar, así como a los visitantes Villodre, Gavilán, Iván Torres, Berto, Rául Gómez y Youssouf. Expulsó a Pepe Grimaldo, del San Rafael, por roja directa (70').
Incidencias: Municipal de Sant Rafel. 350 espectadores.
El San Rafael puso ayer en casa, en su último partido como local, el broche de oro a la temporada de su debut en Tercera División al superar a la Peña Deportiva en un derbi prácticamente intrascendente y, además, bastante espeso. Los pupilos de Mario Ormaechea fueron los justos vencedores en un duelo en el que los azulinos fueron los únicos que quisieron jugar y atacar. A los peñistas les salió rana el planteamiento de Luis Rueda, que apostó por dejar sólo un punta y reforzar el centro del campo con un jugador más. El técnico de los de Santa Eulària había dicho antes del encuentro que no firmaba el empate. Pues lo parecía.
Se supone que un derbi es motivación más que suficiente para un equipo, independientemente de que haya mucho o nada, como prácticamente era el caso, por lo que pelear. Y es que no hay que olvidar que los azulinos sólo se jugaban la honrilla, mientras que los visitantes buscaban un triunfo con el que asegurarse la segunda plaza -deberán esperar a la última jornada-. Sin embargo, la realidad fue otra distinta. No en vano, el duelo parecía más una pachanga entre colegas que otra cosa, sobre todo en una primera mitad especialmente soporífera.
En el primer acto, las ocasiones de gol brillaron por su ausencia. Y es normal, porque con balonazos de un lado a otro es difícil generar peligro. El centrocampismo fue la tónica dominante y sólo el San Rafael ofreció algo de criterio en su juego. Su primer aviso lo dio en el minuto 11, cuando Moro se vio obligado a mandar a córner un centro chut de José Luis desde la banda derecha.
Tan flojo estaba siendo el partido que Romero incluso se atrevió a probar fortuna a la media vuelta desde su propio campo. El balón, como era de esperar, ni siquiera se aproximó a la portería. Pero es que, hasta entonces, parecía que había que recurrir a lo imposible para romper el cerocerismo.
Los peñistas ni siquiera tiraron entre los tres palos en todo el primer acto. Eso sí, curiosamente disfrutaron de la mejor ocasión de este acto en el minuto 39. Un centro de Osky le llegó franco a Vicent, que cabeceó mal con la suerte de dirigirse en dirección al palo contrario, donde Raúl Salas, que sólo tenía que empujarla, mandó la pelota fuera de manera incomprensible. Sus compañeros se echaban las manos a la cabeza.
Romero protagonizó la última acción destacable antes del descanso. El delantero cazó un balón en la frontal del área y su disparo se marchó lamiendo el poste izquierdo de Moro mientras éste hacía la estatua. La segunda mitad comenzó igual que el final de la anterior, con Romero a punto de romper el empate. El catalán disfrutó de dos ocasiones prácticamente consecutivas. En el minuto 47, el ariete avanzó con el balón en los pies desde el centro del campo sin que nadie le entrara, por lo que disparó desde 20 metros cuando tuvo oportunidad. Las manos de Moro evitaron el 1-0. Tras el saque de esquina, el esférico llegó a Romero en la frontal del área y mandó el balón hacia la escuadra, pero el portero peñista se lució de nuevo.
El gol
De nada parecía haber servido la conjura de los jugadores de la Peña, que habían formado un corro en el centro del campo antes de iniciar el segundo acto. Y es que era el San Rafael el que verdaderamente se encontraba suelto en el campo. Fruto de la insistencia, los azulinos encontraron su recompensa a los 55 minutos. Un disparo de Adrián Rosa tras el saque de una falta destruyó el muro peñista. A la tercera -en esta segunda mitad- fue la vencida.
El conjunto de Ormaechea quitó el pie del acelerador. Los locales no tenían más que dormir el partido habida cuenta de que la Peña no jugaba absolutamente a nada. Es más, su primer disparo entre los tres palos, desde 25 metros, llegó en el minuto 66, obra de Vicent, y se fue directo a las manos de Seral.
Sólo una incomprensible decisión del árbitro, que expulsó a Grimaldo por saltar a destiempo sobre Nico, pudo dar alas a los de Luis Rueda, pero ni por ésas. Los rafelers fueron los justos merecedores del triunfo ante un cuadro de Luis Rueda que, como no cambien las cosas, lo pasará mal en el play off.