«Ganó el equipo que más lo mereció, no hay nada que objetar». Lo tenía claro Luis Rueda al término del encuentro. Su equipo no había hecho méritos para nada más. «Ellos jugaban en quinta marcha y nosotros al ralentí», lamentó el técnico de la Peña, que afirmó estar «un poco decepcionado por el partido».
«Es cierto que tenemos la cabeza en otro lado, pero la imagen no ha sido buena», apuntó. El asturiano reconoció que sus pupilos saltaron al césped «excesivamente relajados y no porque yo lo haya ordenado», por lo que aseguró estar «bastante molesto». Luis Rueda no tuvo reparos en afirmar que su equipo hizo «el peor partido de la temporada» y que el problema fue «la actitud».
En cuanto a la falta de puntería de cara a gol, advirtió que «no es preocupante, pero hemos fallado ocasiones claras». El preparador espera que esta mala racha «no sea por ansiedad» y que «esta Peña no sea la del play off», aunque instó a que se le pregunte a los jugadores. «Estoy mosqueado con todos y esta semana entrenaremos todos los días», concluyó el asturiano.
Mario, radiante
Mario Ormaechea era la cara inversa de la moneda. Declaró tras el derbi que su equipo fue superior a una Peña «que ha venido con más gente de la que pensábamos». El entrenador rafeler felicitó a sus futbolistas y reiteró que «hemos jugado mejor ante el mejor equipo de la categoría». Ormaechea recordó que «ellos nos han hecho una ocasión y nostros hemos tenido varias» y reconoció que la expulsión de Pepe Grimaldo «es muy rigurosa». «Era amarilla, pero no roja. No pasa nada, con 10 ganamos», advirtió sonriendo. sobre la clasificación de su equipo dijo que «es muy bonito tener 53 puntos; el equipo se ha hecho un poco 'grande' y los rivales nos respetan». «Los chicos han hecho una temporada muy buena y es digno de admirar, y eso a pesar de todas las adversidades y lesiones», puntualizó.
Sobre la Peña advirtió que «tiene muchas opciones» en el play off y que tiene «un muy buen equipo y un muy buen entrenador; hay que confiar en ellos».
Iván Torres fue crítico con su equipo tras el choque. El medio centro espera que «no se vea esta Peña en el play off». El catalán explicó sobre el encuentro que «nos han hecho daño con el gol y han vivido todo el partido de eso» y evitó poner como excusa a la derrota las bajas: «No nos hemos sentido cómodos, han aprovechado su ocasión y nosotros no. Esto es un toque de atención y si no estamos al cien por cien cualquier equipo puede hacernos daño. Lo importante viene ahora». En cuanto a las sensaciones del equipo, sentenció: «Físicamente estamos bien. No hemos podido desarrollar nuestro juego y no pasa nada, tenemos que ser humildes y pensar que tenemos que dar todos el máximo porque si no somos un equipo vulgar».
Juan Marí: «Jugando así no tendremos ninguna opción»
El presidente de la Peña Deportiva, Juan Marí, salió del partido muy decepcionado y con ganas de dejar claros varios aspectos del equipo: «Es misión imposible meter gol. Es dificil de creer con la trayectoria del equipo, pero en las últimas semanas estamos mal arriba. Veremos si es algo pasajero o algo que tenemos que estudiar, pero estos mismos jugadores han hecho grandes partidos». Juanito Dalias, que entendió como «justa» la derrota, lanza un mensaje muy claro: «Si esto es lo que vamos a tener en el play off no tenemos ninguna opción. Esta no es la Peña que conocemos, tendremos que recuperarla porque si no habrá sido un tiempo perdido». Paco Bonet, por su parte, indicó sobre el partido que «a raiz del gol se ha calentado y el árbitro ha deslucido lo que tenía que ser una fiesta entre dos clubes amigos». El presidente del San Rafael quiso agradecer el apoyo de la afición y el trabajo del equipo y el cuerpo técnico, y concluyó que «es la primera vez en nuestra historia que tenemos a estas alturas 52 puntos y que no baja el equipo. No lo hubiera pensado ni el más optimista».
Demasiados motivos para querer
Ayer en Sant Rafel había muchos motivos para querer. Demasiados. En primer lugar, era el día de la Madre. Algunos, como el guardameta local Francisco Torres, lo proclamaron a los cuatro vientos y otros muchos demostraron su amor 'obligando' a mamá a ir a ver el fútbol. El derbi reunió a decenas de conocidos, amigos y familiares. Por eso en la grada todo era comprensión y buenas maneras. Las directivas de ambos equipos lo celebraron con una comida de hermandad y sobre el césped los futbolistas dieron una lección de fair play. ¡Ni una tangana oye! Incluso después del partido, y de manera diametralmente opuesta a lo que ocurrió en la primera vuelta, ambos entrenadores se dedicaron piropos, sobre todo un Mario Ormaechea especialmente sensible tras la victoria. También se vivió otro tipo de sentimiento, en este caso a los colores de un equipo que no pintaba demasiado en Sant Rafel. Perdone, ¿Cómo va el Madrid?. La cuestión era tan recurrente -los merengues se jugaban medio título a la misma hora que se desarrollaba el derbi pitiuso- que el encargado de la megafonía del Municipal decidió complacer a los madridistas poniendo la narración radiofónica del partido en el descanso. Casualidades de la vida, en el Bernabéu también se hallaban en vestuarios. Y este no fue el último romance que se vivió en el colorido campo del club azulón. La 'barra brava' de la Peña, ésos cuatro o cinco argentinos enamorados, no ahorraron esfuerzos en proclamar su adoración por el conjunto de Santa Eulària. Del mismo modo, la hinchada rafeler se deshizo en aplausos y vítores hacia los jugadores de su equipo cuando enfilaban el camino de los vestuarios. Para entrega con su parroquia la de los futbolistas locales cuando acabó el partido. Se despidieron como toreros saliendo a hombros por la puerta grande. Y que no se me olvide, el suplemento especial realizado por esta redacción para conmemorar los 75 años de la Peña Deportiva. Eso sí es amor.