José Antonio Aznar Sánchez nunca podrá olvidar Eivissa. La Isla ha hecho de talismán para el almeriense, que se proclamó, contra pronóstico, en ella campeón de España de montaña del grupo A2 por primera vez en su carrera el pasado fin de semana tras hacerse con las dos mangas de la XXVII Pujada a sa Cala de Sant Vicent, que era al mismo tiempo el Campeonato de Balears y reunió a 8.000 personas, según la organización. Al piloto, a mandos de su Audi A4 ST, ni siquiera le valían dos primeros puestos en sendas mangas pitiusas si su rival, José Antonio López-Fombona, acababa segundo en ambas. La fortuna acompañó a Aznar, que vio cómo el gijonés cedía una tercera plaza en la primera jornada para pasar a depender de sí mismo y rematar la faena ayer, aprovechando los problemas mecánicos que sufrió el Audi A4 Quatro del defensor del título.
El asturiano vivió una jornada caótica en la Subida Isla de Ibiza. Después de su fatídica tercera plaza del sábado necesitaba reaccionar y tomó medidas de urgencia en su coche, tal y como él mismo indicó: «Nos equivocamos con las gomas. Las Dunlop que usamos habitualmente se habían terminado. Compré unas Michelin para eta carrera pero no adapté la presión del coche e hice una mala carrera. Hoy -ayer para el lector-, gracias a Borreguero, cambiamos a unas Dunlop que llegaron en barco. Salí confiado, porque son las que conozco bien, pero en los entrenamientos pasó una cosa extraña. Una rueda perdía presión, 'desllanté' en una curva y pegué al monte. Entonces, rompimos los trapecios, las suspensiones, las manguetas... De todo».
Aun así consiguió salir a escena tras una mañana ardua de trabajo por parte de sus mecánicos, pero no pudo rendir al nivel necesario como para acabar primero. Es más, se tuvo que conformar con la cuarta posición con un tiempo de 2:22.318, lejos del 2:18.171 del ganador. Raúl Borreguero (GT), con un crono de 2:20.721, y Àngel Castro (GT), con una marca de 2:21.977, completaron el podio de la última jornada del Campeonato de España.
Sabor agridulce
Al igual que Fombona, a José Joaquín Fernández no le fueron bien las cosas y se quedó sin el subcampeonato nacional del grupo N tras marcar un tiempo cuatro segundos mayor al de su récord en esta prueba (2:24.072). Eso sí, al menos se proclamó campeón balear, algo que no le compensa anímicamente. «Me duele especialmente porque ésta es mi prueba y aquí, tradicionalmente, hemos dominado a los rivales. Tras cinco años con el mismo coche y las mismas subidas teníamos muchas referencias», dijo el ibicenco, que avanzó que espera «volver a participar el año que viene al Campeonato de Europa», dijo.
Juanjo Moll da el susto en una manga repleta de accidentes y parones
A Manolo Adana, miembro de la organización y presidente del Automóvil Club de Ibiza y Formentera, no le faltó razón a la hora de apuntar que «ha sido una de las Pujadas con más accidentes y parones». Ayer se produjeron bastantes, de distinta índole. Por ejemplo, a Toni Villalonga se le rompió la suspensión y no pasó ningún apuro, pero Rafael Rodríguez se encontró con él en el camino y tuvo que repetir su actuación. Quienes sí 'besaron la lona' fueron Javier Ferrer y Juanjo Moll. Éste comentó su salida: «Había aceite en una curva, tras haberse salido otro coche antes, y, al pasar otros coches, han tirado arenilla para no patinar. Llegué con precaución, pero no pude hacer nada para controlar el coche ahí y toqué con el morro en el guardarraíl. Los daños fueron materiales y ya se subsanaron».