Todos dan ya por hecho el descenso. Clasificatoriamente, desde luego, así es. Y todos dan también por hecho que el club no va a continuar en Segunda División aunque su reestructuración le permita seguir en ella. Con todo, la posibilidad oficiosa de seguir en la elite está ahí, y todo pasa por acabar antepenúltimo, es decir, el primero de los del corte por el descenso. La desaparición del Benicarló conlleva que baje uno menos este curso, tal y como se viene comentando en las últimas fechas, de ahí la importancia del choque de hoy.
Los azulinos deben ganar al Andorra y esperar un pinchazo del Hospitalet, que actualmente le supera en un punto. También valdría un empate de los ibicencos y una derrota de los andorranos. De esta forma, podría repetirse la historia del año pasado, cuando los por entonces pupilos de Hugo Nava perdieron la categoría pero se mantuvieron gracias a las gestiones en los despachos.
Otra cosa es que el ‘Gasi' quiera vivir de nuevo una aventura como la actual, en la que el recorte de las subvenciones institucionales y su tardanza le han hecho pasarlas canutas a lo largo de la temporada. De hecho, el gerente Juan Ruiz afirmó esta semana que «hay un 75 por ciento de posibilidades de jugar en Tercera», es decir, «de dar dos pasos atrás» con el fin de «recuperar la estabilidad económica».
Esta historia no va con los jugadores. Ellos están obligados a darlo todo para superar a un Andorra que se juega entrar en el ‘play off' de ascenso. Los andorranos marchan décimos y están a un punto de la zona de privilegio. Con la única pero importante ausencia de Amrani, Julio Mougán volverá a tirar del filial para completar la convocatoria, la última en las filas de un Gasifred tanto para él como, posiblemente, para muchos jugadores. Para esta segunda fiesta de despedida –la primera fue el martes, contra el Inter–, el técnico recuerda que «el convidado no será de piedra». «Hay mucho en juego para ellos y eso hará que se vea un gran espectáculo», agregó.