Misión cumplida. El San Rafael superó al colista de la categoría, el Santanyí, y salió de la zona de descenso en la que se había metido anteayer por los resultados producidos. Sin embargo, la victoria ha tenido un precio muy alto. Adrián Ramos no supo controlar los nervios y fue expulsado en un rifirrafe con un contrario, por lo que podría perderse más de un encuentro en esta importantísima recta final.
Había mucho miedo a este partido. Primero, porque no había otra opción que ganar; segundo, porque el cuadro mallorquín venía de perder sus últimos partidos por la mínima, por lo que en cualquier momento podría sonarle la flauta.
Afortunadamente, nada más lejos de la realidad. Los pupilos de Vicente Román solventaron el partido en la primera parte. Su superioridad fue manifiesta. De hecho, Juancar, que jugó por la sanción de Jaime, se convirtió en un mero espectador en esta primera mitad. Las ocasiones solamente las crearon los locales. Ramos fue el primero en avisar al ganar la espalda a la defensa, pero su disparo lo repelió el portero.
Las acciones a balón parado trajeron en jaque a la zaga visitante. Las faltas botadas por Adri Sánchez siempre llevaron peligro. De hecho, éste jugador asustó al rival por sí mismo. El centrocampista, además, fue el gran protagonista del primer gol. Recuperó el balón en el campo rival, penetró por la banda derecha y asistió a Fisher para que, en el corazón del área, cruzara el balón al fondo de la portería.