HC EIVISSA, 20 - ALMORADÍ, 18
El HC Eivissa regresó a la senda del triunfo tras deshacerse ayer del Almoradí en Es Pratet. El conjunto alicantino llegaba como quinto clasificado del grupo E y con ganas de apuntarse un signo ganador, pero los ibicencos se empeñaron en dejarle claro desde el principio que su feudo iba a ser terreno vedado y que pensaban hacerse fuertes para defenderlo.
Demostraron los de Félix Mojón que el equipo va tomando cuerpo en torno a Miguel Ángel Olea, un experimentado coloso sobre el que pivotan cada vez con más confianza sus compañeros y que se hace grande en el trabajo oscuro sobre la línea frontal para abrir huecos a los López, Torres y compañía.
Los de la Vega Baja del Segura se dieron cuenta muy pronto de que la ley de Murphy se basa en un enunciado empírico que casi nunca se equivoca. Ya saben, aquél que dice que si algo puede salir mal, probablemente acabará saliendo mal. Y a fe que lo comprobaron en su propias carnes los visitantes, ya que la férrea defensa local les impidió con éxito la mayoría de sus remates. Frenando la iniciativa rival con un partido táctico de tanteo corto, los ibicencos le dieron la vuelta al marcador a los veinte minutos (6-5) con un planteamiento de juego en el que predominó por encima de cualquier aspecto la solidaridad en defensa para arropar a un motivadísimo meta Carreño. El portero bordó su actuación con paradas memorables. Así, antes de sonar la bocina final del primer asalto, los de Félix Mojón fueron capaces de aumentar su ventaja hasta un ajustado pero ilusionante 9-7 a su favor.
Tras el descanso, el equipo naranja no se lo pensó dos veces, metió la directa en su juego, siguió apretando con intensidad en las tareas defensivas y tiró de manual para romper al rival con robos y eficaces salidas en velocidad al contragolpe. De este modo, a los diez minutos de la reanudación, el HC Eivissa mandaba completamente en el ritmo del partido y lograba abrir hueco en el luminoso con una ventaja favorable de cuatro goles (14-10).
El cuadro visitante, incapaz de encontrar la fórmula para sorprender a los locales, se vio superado en todo momento por un oponente que olió sangre y que amplió su ventaja hasta un tanteo de 18-12 al poco de cumplirse el ecuador del segundo tiempo. De ahí hasta el final, manteniendo la cabeza fría y la constancia defensiva, los ibicencos fueron doblegando la moral de los alicantinos con ventajas parciales a su favor de dos o tres goles por encima gracias a sus letales contraataques.
El trabajado resultado para los pitiusos peligró únicamente en los últimos compases, ya que, a pesar de ir por delante 20-16 a falta de dos minutos, el HC Eivissa tuvo que hacer frente esos decisivos minutos en inferioridad numérica por la expulsión de Miguel Ángel Olea. Ahí fue cuando el Almoradí vio su oportunidad, pero los insulares tiraron de garra y orgullo ante su afición para ir a por todas, sin contemplaciones y sobre seguro, hasta hacerse con una más que merecida victoria por 20-18.