El balonmano ibicenco vivió ayer su particular fiesta en sa Blanca Dona con el entrenamiento a puertas abiertas de los ‘Hispanos'. La visita de la selección española a Ibiza puso su punto final con esta sesión de entrada libre y que llenó las gradas de niños ibicencos y mallorquines, unos chavales que, una vez finalizado el acto, se quedaron en las instalaciones para jugar un torneo interislas de las categorías alevín y benjamín.
El entrenamiento siguió un desarrollo normal. Se empezó con ejercicios de calentamiento para pasar a trabajar velocidad y potencia, una parte que disfrutaron más los técnicos que había por la grada que los más pequeños. Estos ejercicios dieron paso a una sesión de ataque y defensa. Ése fue el momento en el que el público se encendió.
Ataviados con las camisetas de sus equipos, los niños se vinieron arriba con los mejores goles. Una vaselina, un liftado o un cañonazo a la escuadra arrancaron los aplausos del respetable.
Con el paso de los minutos, los jóvenes empezaron a ponerse nerviosos porque veían que el entrenamiento estaba próximo a finalizar y querían bajar a la pista.
Tras dos horas de sesión, Ribera puso fin a los ejercicios y el protagonismo de los ‘Hispanos' pasó a ser compartido con los más pequeños.
Ordenados por equipos, cada plantilla se fue fotografiando con la selección española. Sorprendió el siempre metódico Jordi Ribera colocando a los niños. Los nervios se dispararon y todo lo que en las gradas era atrevimiento, en la pista se convirtió en vergüenza. Estaban a su lado, pero pocos se atrevían a hablar con los jugadores.
Uno de los más osados fue Dídac Olivares de diez años. Este mallorquín del Secar aseguró que le habían «caído muy bien» los jóvenes y que estos le había dicho que eran «muy buenos».
Tras las fotos, llegó el turno de los autógrafos, el momento más especial para todos. Lidia Mármol, del Sant Antoni, reconoció con timidez que quería enmarcar el póster con las firmas de los jugadores.
Paula García, Alba Cortés y Zaira Aguilera, del HC Eivissa, estaban encantadas con la visita de los ‘Hispanos'. No tenían favoritos, querían llevarse todas las firmas y estaban impresionadas por «lo fuerte que tiran a portería».
En total, más de 200 niños pasaron uno a uno junto a los 16 jugadores de la selección, que estuvieron a la altura de las circunstancias y pacientemente dejaron su firma y un recuerdo que muchos probablemente nunca vayan a olvidar en sus vidas.
El broche final a esta fiesta lo puso el torneo interislas. En el mismo participaron los equipos ibicencos del Puchi, el HC Eivissa, el Sant Antoni y el Sant Josep, así como los mallorquines del Marratxí, el Son Rapinya, el Palma, el Secar la Real y el el Mata de Jonc.
Precisamente estos últimos fueron quienes ganaron el torneo en la categoría alevín. En los benjamines, el triunfo también viajó a Mallorca. En este caso lo consiguieron los talentos del Secar la Real.