Joaquim Rodríguez Oliver (Barcelona, 12-05-1979) es uno de los mejores ciclistas que ha dado España. En su palmarés, entre otras victorias, figuran tres etapas del Tour de Francia, dos etapas del Giro de Italia, nueve etapas de la Vuelta a España o dos triunfos en el Giro de Lombardia, una de las clásicas más prestigiosas del mundo. Además, tiene una plata y un bronce en mundiales, y es uno de los 18 corredores que han conseguido subirse al podio de las tres grandes vueltas a lo largo de la historia. Ahora, retirado como profesional, sigue ligado al mundo de la bicicleta disputando pruebas de mountain bike y como embajador del equipo Bahrain-Merida, donde también actúa como mentor de las jóvenes promesas. Ayer aterrizó en la isla para participar en la Vuelta a Ibiza.
—Debuta en la Vuelta a Ibiza MTB, ¿qué espera de la carrera?
—Pues sobre todo lo que la gente me ha explicado: que es una carrera muy especial, súper divertida, también muy familiar porque te la posibilidad de llegar pronto a meta y disfrutar de esta isla que es preciosa. Espero pasármelo bien.
—No sé si le ha dado tiempo a mirar alguna etapa, pero dicen que este año va a ser una vuelta muy dura.
—Pues todavía no me ha dado tiempo a ver nada, pero mañana –hoy para el lector– sí que iremos con Morcillo a dar un paseo y me imagino que haremos algún tramo de la primera o la segunda etapa, pero bueno, al final casi que es mejor llegar descanso si va a ser tan dura.
—¿Viene con algún objetivo o simplemente a disfrutar de la bicicleta?
—Está claro que cuando te pones el dorsal intentas ir lo más rápido posible, pero he visto que hay un nivelazo en esta carrera y yo tampoco he tenido la oportunidad de entrenar mucho desde la Cape Epic. Así que se verá cómo estamos después de la primera etapa.
—Lo que si está claro es que se mantiene en forma.
—Sí, la verdad que intento cuidarme un poquito. Al final, vivo del ciclismo y hay que seguir entrenando y seguir trabajando. Además, estas carreras te ayudan a mantenerte en forma.
—Para la organización, para la prueba y para la isla en general, tener a un emblema del ciclismo como usted aquí también es importante.
—Eso es señal de que han hecho las cosas muy bien. El boca a boca de esta carrera es tremendo. No he encontrado a nadie que me hable mal de esta prueba. Yo vengo de Andorra, un país de nieve, y aquí vienen muchísimos andorranos que me han dicho que es una espectacular.
—Tengo entendido que el año pasado ya tenía pensado participar con Morcillo, pero que una caída le impidió tomar la salida.
—Sí, lo intenté hasta el último momento, pero no llegaba en condiciones. No iba a venir para pasarlo mal y le dije que lo sentía muchísimo y que intentaría estar presente en este año. He podido modificar el calendario del equipo, este fin de semana se celebra la Amstel Gold Race, una clásica importante en la que tenía que estar, pero el equipo me ha dado la posibilidad de poder venir aquí.
—¿Cómo ha cambiado la vida de Purito Rodríguez? No hace tanto estaba peleando por las grandes vueltas.
—Y ahora estoy peleando por hacer una buena Vuelta a Ibiza (risas). Pues nada, al final lo que no ha cambiado son las dos ruedas. Me lo paso muy bien con la bicicleta y lo que digo siempre: la cabra tira al monte. Es imposible desconectar del deporte que ha sido toda mi vida.
—Parece que le ha cogido el gusto a la mountain bike, viene de la Cape Epic, que dicen que es el Tour de Francia de esta modalidad, ¿qué es más duro?
—Hombre, el Tour de Francia es mucho más duro. Son muchos más días, es otro desgaste. También es verdad que yo, ahora, corro sin ninguna obligación. En el momento que veo que estoy sufriendo muchísimo levanto el pie y puedo ir más tranquilo, algo que no me podía permitir cuando era profesional.
—El hecho de que usted esté aquí también permite que los corredores amateurs puedan rodar con uno de los mejores.
—Pues eso es lo más bonito que tienen estas carreras de mountain bike, que cualquier persona que vaya en bicicleta y quiera apuntarse, puede correr con los mejores del mundo. Que en este caso no soy yo, son otros, pero tienen la oportunidad de correr con ciclistas profesionales.
—Alejándonos de Ibiza, ¿cómo ve el presente y el futuro del ciclismo español? Parecía que tras usted, Contador y Valverde no venía nada, pero han aparecido brotes verdes.
—Hay muchos: Enric Mas, Cortina, Marc Soler, David de la Cruz... Viene una generación incluso más fuerte de la que teníamo nosotros. El seguidor español siempre ha tenido esos nervios. Cuando dejó la bicicleta Perico, llegó Induráin, luego parecía que nada y luego llegó Abraham Olano... El ciclismo es uno de los deportes más importantes en España y hay mucha cultura ciclista. Yo creo que será difícil que pasemos una época sin un buen corredor. En este caso, parece que el futuro inmediato será Enric Mas.
—Recientemente usted ha lanzado un equipo de mountain bike.
—Sí, de hecho esta vuelta la corremos con este equipo que es el Andbank Andorra, que somos la pareja Oliver Aviles y yo. Y nada estamos corriendo varias pruebas, ahora haremos está también estaremos en la Titan Desert...
—Siempre ligado al ciclismo, ¿no se plantea algo alejado de las dos ruedas?
—Lo de correr a pie o jugar al fútbol no es lo mío. Aquí todo tiene que ir ligado a la bicicleta porque es lo que más me gusta y de lo poco que sé hacer.