Lástima que la temporada toque a su fin. La UD Ibiza de la ‘era Alfaro' parece empezar a encontrar lo que busca y lo hace cuando ya no aspira a clasificarse para el play off de ascenso a Segunda División. En las dos últimas jornadas, el entrenador unionista ha apostado por un once de marcado ofensivo que ha ofrecido una imagen muy interesante y ha cosechado buenos resultados. Que ese once titular haya tenido que ver la luz, posiblemente, por las bajas del equipo es otro tema, pero la cuestión es que, visto lo visto, funciona.
Contra el Jumilla, los unionistas certificaron que lo que se pudo ver en el duelo contra el UCAM Murcia (1-1 a domicilio) no fue flor de un día. Con el doble pivote en lugar del trivote y una línea ofensiva con Rodado, Cirio, Raí y Perdomo, la Udé dio sensación de ser un equipo capaz de generar peligro y ver puerta con más facilidad que otras ocasiones.
Curiosamente, Rodado cambió el papel de killer por el de asistente y dio dos pases de gol a Sergio Cirio, que firmó un doblete y también firmó una asistencia. El catalán se convirtió así en el mejor jugador del encuentro en una jornada en la que empató con el delantero mallorquín como máximo goleador del conjunto celeste. Ambos futbolistas suman nueve dianas esta temporada.
Decía Alfaro hace poco que el dibujo podría ser lo de menos y que la importancia radica muchas veces en quiénes ocupan las posiciones en el esquema. Pues ya hay varios futbolistas que parecen haberse hecho con ciertos puestos. Los cuatro citados parecen inamovibles. Quizá Perdomo no se mostró tan desequilibrante el fin de semana pasado, pero su capacidad para bajar al centro del campo a colaborar en la creación y la opción de permutar su sitio tanto con Cirio como incluso con Raí le convierten en una carta muy interesante que tener en la mano.
Otros nombres
Raí, Cirio y Rodado brillaron con luz propia ante los jumillanos, pero hay otros nombres propios que tener en cuenta. Iosu Villar, que salió en la segunda parte para dar consistencia a la medular del equipo cuando éste se había quedado en inferioridad numérica, y Dani Provencio dejaron huella. El primero de ellos transformó el último tanto del encuentro, el 4-1, y lo celebró con una rabia inusual. Se marchó al banderín de córner y lo pateó.
El primero, que en el primer tramo de competición era indiscutible, tiene hambre de minutos y demostró que puede tenerlos. Por su parte, el jugador cedido por el Elche dio una lección de efectividad en el pase, ya fuera en corto o en largo. Está yendo de menos a más a lo largo del curso y, aunque igual se esperaba algo más, lo cierto es que ha cumplido en la medular en las dos últimas jornadas.
Juventud
El que se marchó descontento de Can Misses es Mariano Gómez. El corpulento central de la UD Ibiza vio la tarjeta roja en su tercera aparición como titular. Provocó un penalti por mano y fue expulsado por una tan inocente como evitable falta a Germán en una posición que no entrañaba peligro.
Esto debe servirle de experiencia y lección de cara al futuro, porque el defensa, desde luego, bueno es. Lo demostró ante dos de los grandes de la categoría y este lunar no debe descentrarle, pues sigue el camino correcto al igual que un Ibiza que, ahora mismo y afortunadamente, sí parece otro.