Jonás Souto hizo ayer historia. El jugador del Club Billar Eivissa-Ilusions Pool se proclamó campeón del mundo júnior –sí, del mundo– en Nicosia, Chipre. De esta forma, cierra su etapa sub-19 con una medalla del color que se le resistía, el de oro. Lo hizo, además, en la cita más importante posible. Con este logro, el deportista pitiuso se asegura también una plaza en el equipo europeo para la Atlantic Challenge Cup del próximo año en Estados Unidos.
El ibicenco, que este verano había cosechado dos platas y un bronce en el Campeonato de Europa de su edad –a estos metales hay que sumar otro bronce continental del año pasado–, fulminó a dos jugadores profesionales en las rondas decisivas: el bosnio Sanjin Pehlivanovic (11-9), en la final, y el hongkonés Robbie Capito (11-9), en ‘semis'.
Jonás Souto protagonizó un sábado para el recuerdo. A las 09.00 horas comenzó un largo camino hacia el título con el enfrentamiento de clasificación para el cuadro final por la zona de perdedores contra el estadounidense Lukas Fracasso-Verner. El duelo llegó al hill to hill y se lo apuntó el del Ilusions Pool por 9-8.
En cuartos de final quedó emparejado con uno de los cuatro billaristas de la zona de ganadores. Le tocó otro estadounidense: Kaiden Hunkins, al que superó por 11-8 para asegurarse, como mínimo, el bronce. Por cierto, este fue el tercer jugador de Estados Unidos que se cargó en la competición.
En semifinales, el español comenzó 0-3 abajo. Remontó y acabó imponiéndose a su rival para aspirar al oro. En la gran final, Souto se tomó la revancha ante Pehlivanovic, con el que había perdido la final del Europeo de bola-10. Empezó como un tiro para ponerse 4-1 arriba. Luego, falló una bola nueve tras emplazar mal la blanca (4-2) y regaló otra partida para dejar con vida a su rival (4-3), que remontó y se puso 5-6 antes de una breve pausa.
En el regreso, el del Club Billar Eivissa-Ilusions Pool metió la directa con un parcial 5-0 para situarse a una sola partida de la gloria. Fue el comienzo de un largo suplicio. El bosnio recortó distancias con el 10-7. Luego, Jonás embocó la blanca de saque y no volvió a entrar en mesa hasta el 10-9, tras el que le tocaba romper.
En la siguiente rotura no metió bola. No pintaban bien las cosas, pues Sanjin volvía a depender de sí mismo. Tenía que limpiar la mesa para disponer de saque en el hill to hill. Sin embargo, falló la bola cuatro y el ibicenco ya no se dejó comer la tostada. Tiró de calidad y casta para rematar la faena, festejarlo con rabia –hasta tiró el taco al suelo– y romper a llorar.
El círculo se ha cerrado. Jonás Souto ya tiene su oro. Ahora, nadie puede dudar que es el mejor. Es historia pura del deporte ibicenco, que ya puede presumir de contar con un campeón mundial de billar. Impresionante.
EL APUNTE
Jugará en Estados Unidos la Atlantic Challenge Cup
Con el oro de ayer, Jonás Souto consiguió una de las plazas del equipo europeo que disputará la Atlantic Challenge Cup en Estados Unidos el próximo año. Se trata de la versión júnior de la Mosconi Cup, trofeo que se parece a la Ryder Cup de golf al medir a Europa con los americanos.
EL PROTAGONISTA
Jonás Souto: «Es, sinceramente, el mejor momento de mi vida»
«Sinceramente, es el mejor momento de mi vida». Más claro no pudo ser Jonás Souto, la imagen de la felicidad. El ibicenco quiso dedicar el triunfo a su «familia, amigos y compañeros del club». Se mostró sorprendido por lo que pasó tras la final: «Me pidieron más de 50 fotos y no paré de firmar autógrafos».