Las obras del estadio de Can Misses ya están en marcha. Ayer los operarios comenzaron a retirar el césped sintético, el primer paso para convertir al estadio municipal en una alfombra de hierba natural. Amadeo Salvo, el sábado durante la firma del convenio de cesión de uso, avisó de que se tendrán que llevar a cabo, contando también con el anexo, más de 56 intervenciones y que supondrán un coste al club de 2,3 millones de euros.
La maquinaria ya está en marcha con el firme objetivo de llegar en perfectas condiciones para el fin de semana del 22 de agosto cuando se disputará la segunda jornada. La UD Ibiza se comprometerá con la LaLiga a que tendrá listo el estadio para ese día.
Este es el primer paso de un plan que en el futuro será mucho mayor. Una gran ambición de la presidencia que de momento se queda aparcada: la construcción de un nuevo estadio con capacidad para entre 12.000 y 15.000 espectadores. Salvo nunca ocultó que su idea es construir un campo nuevo y una ciudad deportiva, unos proyectos que ya están estudiados, pero que de momento deben esperar.
Tras firmar el convenio, Salvo explicó que lo «primero» es consolidarse en el fútbol profesional y que por eso en esta primera etapa hará «lo mínimo posible» en cuanto a obras de infraestructura. El club sabe que tiene dos años para adaptarse a la normativa de LaLiga y que en este primer curso es posible que no se alcance el mínimo de aforo, cifrado en 6.000. El club está todavía estudiando cómo influirán las gradas prefabricadas a los tiros de cámara. Salvo estima que hay unos 5.500 asientos garantizados.
Inversión
Al ser cuestionado el sábado sobrela idea de construir un gran estadio, Salvo fue claro: «Lo tenemos estudiado, pero eso no se puede hacer con una cesión de uso de dos años, tienes que ir a otros niveles administrativos a largo plazo porque si no, no puedes amortizarlo. Si tú inviertes 25 millones en un estadio y tienes dos años de uso, tienes que amortizar 12,5 millones cada año. Tendrías grandes pérdidas y llevarías a la sociedad a la quiebra».
Además, explicó que en el emplazamiento actual, en un futuro, se podría llegar a esos 15.000 espectadores: «En la huella del estadio tal y como está hoy, con ocho metros de retranqueo, hay unas posibilidades de 10.000 espectadores aproximadamente. Si nos fuésemos a un retranqueo de cinco metros con la línea de calle, tendríamos una posibilidad de 15.000». «Una capacidad, que si nos mantuviésemos o ascendiéramos, es lo que necesita la isla, pero eso es adelantarse demasiado», apuntó.
Por otro lado, otro aspecto a tener en cuenta al futuro más cercano son los gastos e ingresos que conlleva el fútbol profesional. Salvo ya sabe que tendrán que pagar un canon de 2,4 millones para inscribirse en LaLiga, del mismo modo que sabe que recibirá por derechos televisivos una cifra que estará en torno a los seis millones de euros. Los clubes de Segunda la temporada pasada repartieron 189,4 millones, de los que el 70 % se reparten en partes iguales, el resto va en función de diversas variables como el rendimiento deportivo o los espectadores.