Ayer se conocieron los límites salariales de los equipos del fútbol profesional español. La UD Ibiza cuenta con un techo para confeccionar su plantilla de 7,6 millones de euros, una cifra que le sitúa en la zona media de la tabla en ese aspecto. En concreto está en la posición número 12 de los 22 equipos que conforman la liga.
Como es habitual, los conjuntos que más pueden gastarse son los que vienen de Primera División, que cuentan con la ayuda al descenso. El equipo con mayor músculo económico en este aspecto es el Eibar con 30,1 millones de euros. Le sigue el Valladolid con 29 millones, el Leganés con 26,44 y el Huesca con 18,66. Cabe recordar que el Leganés juega su segundo año en Segunda.
Tras estos, ya hay un importante salto hasta los 12,7 millones del Málaga o los 12,5 de la Real Sociedad B, beneficiada por el músculo económico de su primer equipo. Los otros dos recién ascendidos están por la zona baja. El Burgos cuenta con un límite salarial de 5,5 millones y el Amorebieta de 4,6 millones. Sorprende que el Girona aparece en la última posición con poco menos de cuatro millones de euros.
Cabe señalar que la pandemia de la COVID-19 ha afectado y mucho en las cuentas de los equipos que más afición tiene. El Real Zaragoza, el equipo con mayor masa ha visto como cae su techo hasta 5,7 millones.
¿Qué es el techo salarial?
El límite salarial es el concepto que recoge la cantidad máxima que cada club puede gastarse en los salarios destinados a jugadores, entrenador, segundo entrenador y preparador físico (plantilla inscribible), así como en el filial, la cantera y otras secciones del club (plantilla no inscribible). Es el pilar dentro del Control Económico que se lleva a cabo en LaLiga desde que Javier Tebas llegó a la presidencia de LaLiga en 2013.
En el apartado de plantilla deportiva inscribible se incluyen las remuneraciones salariales fijas y variables, las remuneraciones por cesiones de los derechos de imagen, la amortización de los fichajes, las cuotas de Seguridad Social, indemnizaciones por la extinción de contratos, primas colectivas, gastos de adquisición al tener que pagar primas a representantes...
Su cálculo se realiza a partir de la diferencia entre ingresos de los gastos estructurales y el repago de la deuda prevista a lo largo de la temporada. Cada equipo es el que elabora su propio límite salarial, pudiendo incluso ponerse una cantidad por debajo de su techo, pero cumpliendo siempre con las normas del Control Económico.
En caso de tener un límite salarial que no garantizase la estabilidad del club, este organismo lo reducirá hasta una cantidad que sí lo hiciera posible, salvo algunas concesiones puntuales. Los límites salariales se calculan con fórmulas matemáticas objetivas sin ninguna subjetividad individual.