Juan Carlos Carcedo, el técnico que logró el ascenso y mantenía a su equipo fuera del descenso fue cesado. El objetivo de la permanencia iba encaminado, pero Amadeo Salvo tiene unas ambiciones mayores o eso parece. El presidente del club destituyó el sábado al técnico tras caer ante el Sporting y sumar el sexto partido seguido sin conseguir la victoria.
A alguien que no conozca la historia de la UD Ibiza quizás le haya podido sorprender la destitución, pero no es algo nuevo en Can Misses. Desde que el club comenzase a rodar en 2015, son 10 los técnicos –dos de ellos interinos– que se han sentado en el banquillo celeste.
Remontando la historia, el primero fue Juan Ibáñez Buti. Este cogió al equipo en Regional y en su segunda temporada tras perder un partido en de la Liga Interpueblos fue cesado de manera fulminante, un decisión que sorprendió y mucho por aquel entonces. Era el 3 de marzo de 2017 y el equipo parecía que iba directo a Tercera.
Tras esta destitución, José Bargues se hizo cargo del banquillo durante un partido hasta que el 7 de marzo se anunció la contratación de David Porras. Con Porras se logró el ascenso a Tercera División, pero su aventura celeste no duró demasiado. El 21 de agosto de 2017, en el debut en Tercera, la UD Ibiza caía ante el Felanitx (0-1) y Amadeo Salvo apretaba el gatillo nuevamente.
Aquí aparece el segundo interino. Manel Benavente se hace cargo del equipo durante varias jornadas hasta que Toni Amor, el 21 de septiembre, da el sí. El técnico mallorquín llegaba procedente del Al Shabad, equipo de la Primera División de Arabia Saudí.
El equipo de Amor, tras unos tropiezos, perdió la oportunidad de acabar como campeón del grupo XI y Salvo decidió entonces prescindir de él de cara al playoff de ascenso. El 19 de abril Rufete, director deportivo hasta entonces, toma las riendas del equipo para el final de liga y la fase de ascenso. El equipo no logra el objetivo, perdiendo en penaltis contra el Levante B. Aunque no se logró el ascenso en el campo, sí se hizo en los despachos tras comprar la plaza del Lorca. Mientras tanto, Rufete deja la entidad celeste para firmar con el Espanyol como director deportivo.
Segunda B
El banquillo celeste lo ocupó entonces el segundo entrenador Antonio Ñoño Méndez, que empezó el curso 2018-19, el primero en el fútbol de bronce. Este fue cesado el 26 de septiembre tras un mal inicio de liga en el que solo se lograron cuatro puntos de 15 posibles.
Tras él, ocupa el cargo Palop que llega el 27 de septiembre. El exportero dirige a los celestes durante 21 partidos en los que logra 10 victorias, seis empates y cinco derrotas. Una mala racha en la que solo ganó uno de cinco partidos hace que Salvo –el 26 de febrero– decida buscar un revulsivo para intentar llegar al playoff de ascenso que estaba a ocho puntos.
Dos días más tarde se anuncia la contratación de Pablo Alfaro. El exsevillista es junto a Carcedo el único técnico que ha logrado estar en el club durante una temporada entera. Alfaro hace un buen final de liga aunque no logra meterse en playoff sí clasifica al equipo para la Copa del Rey.
Se gana la continuidad y hace una temporada bastante buena en su segundo curso llegando a clasificar al equipo para la fase de ascenso. Allí cae ante el Cornellà con estrépito y el club decide no renovarle el contrato. Los números que dejó son de 44 partidos con 25 victorias, 10 empates y nueve derrotas.
Carcedo
Llega el verano de 2020 y Salvo decide apostar por Carcedo, un técnico sin experiencia como primer entrenador, pero mucha como segundo de Emery. El plan sale. Se crea un equipo prácticamente imbatible y se asciende. En Segunda la cosa empieza bien, el equipo no cae en las siete primeras jornadas, siendo el único invicto de la categoría.
La primera derrota sienta mal y se entra en una mala dinámica que se corta con otra buena racha que lleva al equipo nuevamente a la tranquilidad. Esto fue así hasta que llegó la nueva mala dinámica en la que se encuentra el equipo. La falta de gol está penalizando y mucho a los celestes que aunque generan ocasiones no marcan. Así son seis jornadas sin ganar y la paciencia de Salvo llegó a su límite.
Ahora, con el parón navideño para trabajar, la dirección deportiva busca al undécimo inquilino de un banquillo muy exigente.