El deporte es caprichoso. La UD Ibiza HC Eivissa encadenaba siete encuentros sin ganar y rompió esa racha ante el líder. Sa Blanca Dona volvió a celebrar, el balonmano volvió a sonreír y los celestes volvieron a sumar una victoria muchos meses después. Lo hicieron con un partido casi perfecto, sobre todo en defensa para tumbar a un Sporting Alicante (25-18) que venía lanzado.
Los visitantes salieron mejor posicionados y se hicieron con la primera ventaja 0-2. El primer gol local no llegó hasta pasado el minuto cuatro. Le costaba hacer gol a los de Eugenio Tilves que marraron dos siete metros en los minutos iniciales. Aun así, la buena defensa y un gran Gamallo hicieron que llegase el 2-2.
Los celestes estaban muy acelerados y las decisiones ataque eran casi siempre malas. Solo la buena defensa mantenía el partido vivo.
La primera ventaja local llegó en el minuto 14 cuando Pereiro transformó un siete metros (4-3), que hacía bueno el trabajo defensivo que estaba frenando al líder de la categoría.
La dinámica siguió siendo la misma con dos equipos que les costaba hacer gol mientras los minutos iban cayendo. Fue en la recta final de la primera parte cuando los locales pisaron el acelerador para marcharse al descanso con una buena ventaja de 11 a 7, tras un parcial de 4-0.
La segunda parte empezó con la misma dinámica, con un equipo ibicenco que estaba enchufado tanto en ataque como en defensa, subiendo el 14 a 8 al marcador.
Ahora era Broto el que se hacía gigante en la portería. Se pasaron los 10 primeros minutos del segundo acto con solo dos goles recibidos. Todo funcionaba y el ecuador de este tiempo se superó con una amplia ventaja en el marcador (18-11).
La victoria después de mucho tiempo sin hacerlo estaba muy cerca. La renta era amplia y la UD Ibiza HC Eivissa la supo manejar. Jugó con confianza y el intercambio de goles no puso en peligro el triunfo. La distancia se mantuvo siempre por encima de los cinco goles. Los alicantinos lo intentaron, pero sin éxito. La modificación táctica de defensa con adelantado tampoco les funcionó y el partido fue muriendo hasta el definitivo 25-18.
Los ibicencos consiguen un importante triunfo que más que dos puntos es un soplo de aire fresco y una inyección de moral para un equipo que había perdido la frescura con la que empezó el curso.