Este lunes se cumple un año del ascenso de la UD Ibiza a Segunda División. Tal día como hoy, la historia del fútbol pitiuso se reescribía de la mano del equipo celeste, que superó al UCAM Murcia por la mínima en el Nuevo Vivero. De esta forma, la isla pasaba a contar por primera vez con un representante en el fútbol profesional.
Ekain, en el minuto 69, se apoderó de la pelota para ejecutar un polémico penalti –el árbitro castigó la falta fuera del área y, a instancias del juez de línea, señaló correctamente el punto de los 11 metros– que se tradujo en un ascenso. El de Durango mandó el esférico lejos del alcance de Biel, que esperó en el centro por si el lanzamiento se producía a lo Panenka.
Los aficionados ibicencos desplazados a Badajoz explotaron de júbilo. Cientos de unionistas reventaron de alegría en el campo, en los bares y en sus casas con el, a la postre, solitario tanto de la Udé, suficiente para hacerse con la victoria y confirmar el salto de categoría. Impresionante.
El equipo de aquella gesta lo dirigía Juan Carlos Carcedo, el entrenador que también arrancó la temporada en Segunda y fue destituido el pasado mes de diciembre. El míster apostó aquel día por el siguiente once: Germán, Fran Grima, Goldar, Rubén, Morillas, Javi Pérez, Ekain, Javi Lara, Kike López, Castel y Davo. También participaron, saliendo desde el banquillo, Pardo, Javi Vázquez, Rodado y Sibo.
A su regreso a la isla, la plantilla se desplazó a las inmediaciones de Can Misses. Allí, en el exterior del estadio, la UD Ibiza y unos 200 aficionados vivieron una minifiesta que no frenó ni la lluvia. Y es que la ocasión merecía la pena, pues se acababa de reescribir la historia del fútbol pitiuso.