El CD Ibiza se proclamó este domingo campeón del Trofeo Nicolás Brondo tras superar al Atlétic Balears, que milita en una categoría superior, por 0-2 en el Estadio Balear. Los rojillos fueron superiores y se llevaron el galardón merecidamente.
Ni cinco minutos tardó el Cedé en adelantarse en el marcador. En una jugada iniciada desde atrás, el balón le llegó en profundidad a Marquitos y este metió el balón en el área, a un par de metros del punto de penalti, para que Marc Mas marcara con un disparo ajustado al palo después de que Juan Antonio dejara pasar la pelota. El guardameta local sólo pudo hacer la estatua ante la buena ejecución del delantero visitante.
El tanto dejó ligeramente tocados a los balearicos, que no encontraron la forma de romper el entramado defensivo de los rojillos hasta pasado el ecuador de este primer tiempo. Fue entonces cuando Kaxe, que debutaba con el Balears, marcó tras un pase bombeado de Alfonso, pero el tanto fue anulado por fuera de juego. Acto seguido, Pastrana probó fortuna con un disparo desde el exterior del área, pero el esférico se marchó muy alto.
El que sí acertó con los tres palos fue Marquitos en el minuto 32. Marc Mas le robó la cartera a Kevin en la presión y pasó la pelota a Juan Antonio, cuyo remate, demasiado forzado, se acabó convirtiendo en una asistencia a Marquitos. El ibicenco, en segunda instancia, mandó el balón a la red para poner tierra de por medio.
El partido de Kevin estaba siendo un desastre y mereció irse a la caseta antes de tiempo en una polémica acción producida en el tiempo de descuento. En el 45, el zaguero, tras un error, cortó una contra en falta y vio la tarjeta amarilla. Tras la ejecución de la falta, cuando la pelota se perdió por el fondo, se encaró con Juan Antonio y le lanzó el golpe al que este respondió de la misma forma. Sorprendentemente, el árbitro solo amonestó al visitante. Ver para creer.
No tuvo su día el trencilla, que en la segunda mitad se comió una mano clarísima de un defensor del Balears tras un pase en largo a Juan Antonio y un codazo de Alfonso en el rostro de Omar acto seguido.
Por lo demás, la segunda parte destacó más por la batalla física que por las ocasiones de gol o el brillo futbolístico. El equipo de Raúl Garrido, con el marcador a favor, supo jugar sus cartas ante un Atlètic Balears que no inquietó la portería rival. La entrada de Miguelete le dio algo más de frescura a los locales, pero no varió apenas el guion.
En la recta final, la tensión creció y los balearicos se quedaron incluso con uno menos. Forniés pisó con los tacos a Jaume Villar y dejó a los suyos con uno menos, haciendo ya imposible la posibilidad de remontar ante un Cedé que se acabó proclamando campeón del Trofeo Nicolás Brondo.