El Palladium Can Misses registró ayer la peor entrada de público para un partido de la UD Ibiza en sus dos temporadas de vida en Segunda División. Solamente 1.730 espectadores se dieron cita en el coliseo celeste, cifra bastante inferior a la anterior peor marca: las 2.179 personas que asistieron al duelo contra el Leganés el pasado 2 de noviembre.
Es cierto que el día y la hora no eran las ideales para acudir al campo, pero también lo es el desencanto generalizado que existe ahora mismo con el conjunto celeste. Nadie es ajeno a la pésima temporada que está cuajando el cuadro unionista. De hecho, en el minuto 35 de la primera mitad, un sector de la grada, concretamente desde la zona de animación, pidió la cabeza del director deportivo Miguel Ángel Gómez.
«Gómez, dimisión; Gómez, dimisión», gritaron integrantes de la Peña Corsarios, que también lo hicieron durante la segunda parte y tras el pitido final. Eso sí, nunca dejaron de animar a los suyos.