La teoría biológica dice que el ser humano tiene cuatro instintos básicos. El primero de ellos es el instinto de supervivencia. El querer vivir. Es ley natural, ley de vida agarrarse a lo que se pueda, pues como se suele decir: mientras hay vida, hay esperanza. Las opciones son remotas, muy remotas. Hay quien dice que a veces es mejor desenchufar al enfermo y dejar de sufrir, pero cuando el médico asegura que hay un porcentaje de que todo salga bien, aunque sea pequeño, la tendencia natural es aferrarse a ello. Y en ese paralelismo, en ese símil, en esa metáfora vive la UD Ibiza. Los celestes están prácticamente desahuciados, pero las matemáticas dicen que todavía es posible y que hay que ganar partidos para ello. El primero el de esta tarde (14.00 horas) en el Palladium Can Misses frente al Huesca.
Y a ese hilo de esperanza se debe agarrar el conjunto de Lucas Alcaraz que contará con muchas bajas para este encuentro. En la defensa no estarán Marcos Mauro y Fausto Grillo, los centrales argentinos vieron la tarjeta roja la semana pasada y no serán de la partida. Tampoco estarán Julis y Bogusz que se recuperan de un virus que ha afectado a varios jugadores del equipo, ya se sabe que a perro flaco todo son pulgas. Al parte de bajas se suma también la de Isma Ruiz, con problemas en un gemelo. También es duda, aunque ha entrado en la convocatoria, Williams Alarcón por un golpe en el tobillo. El que vuelve a estar a disposición del técnico es Nolito que ya ha cumplido su partido de sanción.
Así pues todo hace indicar que regresará al once Juan Ibiza que no juega desde el primer partido del año. Se espera que forme en el centro de la zaga con Martín Pascual, recuperando así la pareja con la que el equipo presenta mejores números. No en vano, con ellos en el campo llegaron las únicas cuatro victorias de la temporada.
Más allá de todo esto, los números de esta temporada son un desastre y las cifras dicen que esta jornada, además, se cumplirá una vuelta completa en la que sólo se ha ganado un encuentro. Los celestes llevan una victoria en los últimos 20 partidos.
En cuanto al rival, llegará un Huesca que es uno de los peores visitantes, los de Ziganda sólo han ganado un encuentro lejos de sus estadio para sumar un total de nueve puntos, gracias a los seis empates cosechados. Por contra, acumula siete derrotas a domicilio. Estas cifras son las que les impiden pelear por los puestos de playoff, que los tienen a 10 puntos de ventaja. De hecho, en el conjunto oscense se ve esta cita como una buena oportunidad para cambiar esa dinámica y poder pelear por alcanzar la fase de ascenso de aquí al final de temporada.
También tendrá bajas importantes el Huesca para esta cita. Ziganda no puede contar con su pareja de mediocentros titulares. Sielva y Salvador se perderán el partido. El primero por cinco amarillas y el segundo por una lesión muscular.
Estos son los ingredientes para una de las últimas oportunidades para la esperanza. Eso sí, el equipo tendrá que demostrar que tiene ese instinto de supervivencia, algo que en algunas encuentros ha quedado en entredicho.