El CD Ibiza tiene ya prácticamente los dos pies en Tercera. El equipo rojillo ha caído este domingo contra el Lleida por 0-1 y sólo un más que improbable milagro le permitiría seguir en Segunda RFEF.
El conjunto rojillo fue inferior a su rival en la primera parte y así quedó plasmado en el marcador, que indicaba un 0-1 al descanso. Los ilerdenses avisaron muy pronto de sus intenciones. A los dos minutos, Vázquez remató de cabeza al palo una falta lateral ejecutada por Agüero.
En su segundo acercamiento, el cuadro catalán no perdonó. Mejía se sacó un zapatazo desde unos 30 metros que sorprendió a un De la Osa que pudo haber hecho bastante más. No se había cumplido el primer cuarto de hora y los ibicencos ya estaban por debajo en el tanteador.
Los locales no tenían las ideas muy claras en ataque. Tuvieron que recurrir a un disparo de Juan Antonio desde el exterior del área para tratar de ver portería, pero su disparo tocó en un defensa y se marchó a córner. Esta acción y un cabezazo de Murua a la salida de córner en el minuto 34 fueron las aproximaciones más peligrosas de un Cedé al que se le veía algo tocado sobre el terreno de juego.
El Lleida se encontraba más cómodo en el césped, pero tampoco es que desplegara un fútbol exquisito ni tuviera muchas más oportunidades de gol. Chuli, en un tiro que atrapó De la Osa en dos tiempos, y Campins, que lanzó al lateral de la red desde el interior del área, probaron fortuna, pero sin éxito, llegándose así al descanso con 0-1 en el marcador.
Tras el asueto, el equipo de Marcos Contreras se adueñó del balón. El Lleida parecía que quería nadar y guardar la ropa, olvidándose de la portería rival. Sin embargo, los rojillos no hallaban la forma de inquietar la portería de un desparecido Iñaki Álvarez.
Marcos Contreras, que de inicio había metido a Villar por Julen en esta segunda mitad, movió el banquillo para tratar de refrescar las ideas de los suyos. Pol Ballesteros, Joel Toledo, Iker Hernández e Imanol se incorporaron al terreno de juego con el objetivo de dar más fluidez al ataque local. Sin embargo, lo cierto es que el meta rival no fue más que un espectador.
El Cedé no inquietó la portería del Lleida y los minutos se consumieron sin que el marcador se moviera. Así las cosas, se llegó al pitido final con el 0-1, una nueva derrota de un CD Ibiza que la próxima jornada podría ser ya matemáticamente equipo de Tercera.