Doble palo para la UD Ibiza este domingo en Can Misses: derrota y adiós a un liderato con el que se había hecho si hubiera conseguido los tres puntos. El equipo celeste hincó la rodilla contra el Intercity por 1-3 en un partido en el que fue inferior y, además, víctima de sus propios errores, alguno muy grave como el de Escassi en el descuento.
Guillermo Fernández Romo realizó dos modificaciones con respecto al once de la semana pasada, ambos en ataque. Cedric y Arroyo entraron en la alineación en lugar de Obolskii y Suleiman. Por lo demás, lo más destacado fue que Rubén Díez repitió titularidad tras haber vivido anteriormente varios partidos en un segundo plano.
El partido comenzó con un guion imprevisto. Los alicantinos salieron con un desparpajo tremendo, dispuestos a comerle la tostada a una Udé que afrontaba el duelo con el objetivo de arrebatarle el liderato al Castellón. De hecho, el equipo visitante protagonizó las primeras aproximaciones, forzando un córner a los dos minutos que Xemi cabeceó fuera al borde del área pequeña.
La réplica la dio Soko, también de cabeza, tras un centro de Javi Jiménez. La pelota se marchó lamiendo el palo largo. El siguiente cabezazo sí acabó en gol. Y fue del Intercity. Antes de cumplirse los seis minutos de juego, Nsúe remató casi desde el punto de penalti un saque de esquina botado por Pol Roigé.
Era la primera vez que los unionistas se veían con un marcador en contra en casa. Can Misses enmudeció. La UD Ibiza contaba todos sus partidos por victorias y la grada presentaba un gran aspecto por la oportunidad de saltar a la cima de la tabla y el desfile de los equipos de categorías inferiores previsto para el descanso, pero la fiesta estaba siendo pasada por agua por el cuadro entrenado por Alejandro Sandroni.
El equipo de Guillermo Fernández Romo no reaccionaba ni encontraba una versión dominadora. Y todo por culpa también de un buen Intercity que, además, empezaba a encontrar un filón al contragolpe. Uno de ellos, bien conducido por Xemi, acabó con un disparo de Aarón Piñán que un defensa desvió a córner, en una acción de claro peligro.
La Udé tuvo que esperar al minuto 38 para disponer se una buena ocasión para empatar la contienda. Fue tras un mal chut o pase fuerte -según se mire- de Soko en el que Rubén Díez, casi en el área pequeña, metió como pudo el pie para redireccionar la pelota hacia la portería, pero fue directa a las manos del portero.
Los alicantinos no habían dicho su última palabra. En los últimos cinco minutos, Simón Moreno fue protagonista en tres acciones. Primero, vio cómo Pepe Sánchez le impedía rematar en posición franca tras un pase lateral de Cristo. Luego, en otra contra, encaró en solitario a Eugeni en el área y no supo zafarse de él. Por último, fue objeto de derribo por parte de Escassi, que fue amonestado, tras un balón largo que le iba a dejar solo contra el portero.
Tras el descanso, la película seguía siendo la misma. La UD Ibiza no encontraba la fórmula para neutralizar la ventaja de su rival, que además insistía sobre el marco local en el minuto 56 con un latigazo raso de Aarón Piñán que atajó Sequeira.
Romo movió el banquillo. Metió a Suleiman, para aprovechar su velocidad y el cansancio de Nsúe, y Tienza por Rubén Díez y Jesús Álvarez. Con todo, lo cierto es que fue de nuevo el Intercity el primero en avisar tras los cambios. Y por partida doble. Primero, con un zapatazo de Pol Roigé y, después, con otro de Cristo, ambos despejados por Sequeira.
Los peores presagios se cumplieron en el minuto 70. Aarón Piñán, con un disparo raso ajustado al palo, puso tierra de por medio tras un mal despeje de Javi Jiménez, que había dejado la pelota muerta en el punto de penalti.
Parecía que estaba todo el pescado vendido, pero nada más lejos de la realidad. La Udé recortó distancias de inmediato, en apenas dos minutos. Arroyo remató en boca de gol un gran pase lateral de Soko, que se había marcado un jugadón individual por el costado derecho, dejando a dos rivales atrás.
Romo echó el resto reforzando el ataque con Obolskii y Gallar en lugar de Cedric y Arroyo. Por su parte, Sandroni trataba de dar mayor consistencia a los suyos con la entrada de Leo Vázquez y Bellotti por Aarón Piñán y Cristo.
Los celestes volcaron especialmente sus acciones por la izquierda, con Suleiman muy activo. El extremo buscó el tanto en un par de ocasiones, pero sin suerte. Finalmente, el golpe fue más duro cuando, en el descuento, se produjo el 1-3 de manera surrealista. Escassi cogió la pelota con la mano dentro del área porque pensaba que el árbitro había hecho sonar su silbato. Sin embargo, en realidad no había ocurrido nada. Por tanto, el colegiado pitó penalti y Álvaro lo transformó para cerrar el partido. De esta forma, la UD Ibiza hincó la rodilla por primera vez este curso y se quedó sin alcanzar el liderato.