Víctor Moreno y Álvaro Martínez, del Akasha Endurace Ibiza Racing Team, regresaron a Ibiza con un buen sabor de boca tras finalizar en la décima posición en el Panda Raid de Marruecos. La pareja que compite en la modalidad de 4x4 con su Fiat Panda consiguió un gran resultado en una cita en la que tomaron parte 351 participantes. Además, la satisfacción es plena, ya que lograron su objetivo que no era otro que mejorar la decimoquinta posición de su última participación.
«Este año ha sido mucho más duro que el anterior, las etapas mucho fueron más largas. Las condiciones climatológicas adversas, en el desierto con mucho calor y en la nieve con mucho frío y mucha altitud», explica Moreno al hacer balance de la carrera. Un detalle es que esta edición fue antes y aunque se alcanzaron los 35 grados durante el día, no se llegó a los 45 del año pasado, cuando se corrió en mayo.
Al ser preguntado por cómo se llevan más de 5.000 kilómetros por el desierto, no oculta la realidad: «Los días se hacen muy largos porque son etapas de conducir unas 11 horas. Vas mirando y dices, llevamos cinco horas, vuelves a mirar y van siete… es como ir y volver de Barcelona a Madrid en un mismo día». Una paliza física y mental que «se minimiza con la adrenalina que llevas en el cuerpo al estar compitiendo». «Es una prueba bastante dura tanto física como mentalmente y dura también para los coches. No es fácil conducir tantas horas, llegar al campamento hecho polvo, tener que reparar el coche, montar la tienda de campaña, cenar lo que puedas y tumbarte en la cama porque al día siguiente sales a las seis y tienes que dormir al menos cuatro horas. Eso un día y al día siguiente vuelves a tener lo mismo», añade antes de simplificar: «No es una carrera para todo el mundo».
Uno de los momentos más especiales para ellos fue en la última jornada, donde pese a tener un problema con la navegación y perderse pudieron recuperar 13 puestos en la general para terminar en la décima posición. «La última etapa tuvo de todo. Salimos a las 6.20, fueron casi once horas en las que atravesamos un puerto de montaña de 2.150 metros de altitud, a tres grados bajo cero y todo nevado. Hubo un tramo de bosque, todo lleno de barro. Un tramo precioso. Después, desierto y terminamos en la playa, conduciendo el coche por la orilla del mar. Fue una etapa preciosa», recuerda Moreno.
A modo de conclusión, la pareja termina contenta por cumplir su objetivo, pero son exigentes: «Lo podíamos haber hecho mucho mejor, pero hemos conseguido una buena clasificación».
Víctor Moreno y Álvaro Martínez, del Akasha Endurace Ibiza Racing Team.