Después de varios años de arduo trabajo y un crecimiento innegable, el Club Bàsquet Sant Antoni tiene ante sí la oportunidad con la que lleva soñando las tres últimas temporadas. El sueño está al alcance de la mano, pero queda una durísima eliminatoria contra el Morón. Dos encuentros que son una final a todo o nada. El que gane subirá a LEB Oro. El primer capítulo será este fin de semana en tierras andaluzas y la vuelta la siguiente en sa Pedrera.
Dos partidos para soñar, pero dos partidos que no serán para nada sencillo y eso lo sabe la alma mater de los ibicencos. Jordi Grimau explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera que Morón «es un muy buen equipo». «Es un rival muy complicado, en un momento de confianza excepcional. En el momento determinante de la liga fichan al interior francés que acaba siendo el MVP de la liga y con él han ganado casi todos sus partidos. Además, tienen gente exterior muy buena, el base es el un gran anotador... Es un equipo potente que en los últimos años ha perdido muy poco en casa, en un pabellón muy pequeño. Es un equipo más físico que nosotros, pero estamos convencidos de que podemos competir con ellos».
Grimau también dejó claro que el objetivo es que se decida todo en sa Pedrera: «Dentro de esta estructura de competición a 80 minutos, la cuestión es descolgarse. Hay que llegar con la eliminatoria viva a los últimos 40 o 20 minutos. A partir de ahí, tenemos la suerte de que nos hemos ganado que la vuelta sea en casa. Técnicamente no es un ventaja tan grande porque la ida es allí, pero acabar rodeados de nuestra gente es algo bonito».
En esa misma línea, señaló: «Este año hemos ido más de cara diciendo que buscábamos luchar por el ascenso y creo que hemos cumplido el objetivo. Un año más hemos mejorado lo del anterior y esto es la dificultad de lo que estamos haciendo. Hemos cumplido con el objetivo pelear por el ascenso. Hemos llegado a la última jornada con opciones de ser campeón y ahora en el playoff nos hemos ganado el derecho de estar en este partido que determina el ascenso. Estamos orgullosos de haber llegado hasta aquí porque lo más difícil era cumplir con estas expectativas. Ahora, tenemos una final. El objetivo es llegar y hay que luchar por ganarla. Tenemos opciones, no sé cuántas, pero las tenemos».
Grimau también puso en valor el nivel de la plantilla que este año ha aumentado en calidad: «Son jugadores de un perfil distinto al que pudimos acceder en los primeros años. Son apuestas de menos riesgo, con experiencia contrastada en esta liga y categorías superiores. Creíamos que para estar más arriba y llegar a estos partidos decisivos con más opciones había que tener este perfil de jugadores».
Además, el valor del equipo también se ha podido observar durante las últimas semanas en las que no han podido contar con su mejor jugador exterior. Álex Llorca ha sido una baja más que importante que ha obligado al equipo a reinventarse. Lo mismo tendrá que ocurrir para esta final en la que tampoco estarán Gonzalo Iglesias y Magnus Mollgaard, que se lesionaron en el partido de ida de la eliminatoria contra el Godella. «No los vamos a forzar porque son lesiones importantes y la salud está por encima de cualquier partido», sentenció un Grimau que tiene confianza en el equipo podrá rendir a un alto nivel al igual que hizo en la vuelta contra los valencianos.
El capitán, que se retirará cuando acabe la temporada y seguirá con su función de director deportivo, había pedido jugar seis partidos de playoff y su deseo se ha cumplido. «Se ha dado la situación que deseaba. Me siento muy afortunado de haberlo podido alargar, de haber llegado hasta el final y poder despedirme en casa, en mi casa, rodeado de mi familia, de mi gente... Bueno, está siendo muy emotivo. Desde el día que anuncié la retirada, todos los detalles del club y el cariño de la gente aquí en Sant Antoni están siendo abrumadores. Estoy muy feliz de poder despedirme de mi carrera en sa Pedrera. Será un sueño cumplido».