El Trasmapi Citubo Gobycar UD Ibiza HC Eivissa se quedó con la miel en los labios. Tras meter Bodí a falta de siete segundos, Ángel Montoro silenció sa Blanca Dona con un golazo desde muy lejos. Al final 29-29 en un partido loco en el que pudo ganar cualquiera de los dos equipos.
El partido comenzó con mucha intensidad e imprecisiones. Los equipos iban de un lado a otro y los primeros minutos eran para las defensas. Eso sí, parecía estar más fino el conjunto de Eugenio Tilves que ponía el 3-1 pasado el minuto cinco.
Pronto se logró una renta de cuatro goles, y pasado el cuarto de hora hubo una superioridad numérica para abrir más hueco, pero la realidad es que los ibicencos no estuvieron nada bien y salió vencedor el conjunto andaluz que recortó hasta el 7-6. El Sevilla aprovechó un nuevo error para poner el 7-7. El HC Eivissa había tirado por tierra todo lo que había hecho bien en los primeros minutos pasando del 7-3 al 7-7. La inercia hizo que los visitantes se pusieran por delante con el 8-9.
Los sevillanos consiguieron mantener esa renta de un gol hasta el descanso. Los jugadores se fueron a vestuarios con el 12-13 en el marcador. Tenían que volver a elevar el nivel los pitiusos si querían darle la vuelta al marcador en el segundo tiempo.
Los ibicencos salieron mal y la renta aumentó hasta los tres goles (12-15). Un buen gol y dos mejores contras permitieron que volviese el empate en un visto y no visto. Sedchenko devolvía la ventaja a los pitusos con el 17-16. Estaba el partido loco y los visitantes pidieron tiempo muerto.
El parón le sentó bien a los visitantes que recuperaron los tres tantos de ventaja (18-21). Se iba desangrando poco a poco el cuadro celeste y vio al Sevilla ponerse cinco arriba (19-24) cuando quedaban poco más de 13 minutos.
Un arreón local permitió reducir la diferencia a un gol (24-25) e incluso Bodí tuvo la opción de empatar, pero el portero se hizo grande para evitar la igualada. Una parada de Broto hizo que Teixeira sí pudiese poner el 25-25. Volvía a empezar el partido y quedaban siete minutos.
La igualdad era total en los compases finales con dos defensas muy intensas. Una pérdida de balón visitante daba la opción a los ibicencos de ponerse por delante cuando quedaban menos de dos minutos, pero Oliva sacaba un pie para frenar el disparo de lanzamiento de Arana. Broto también paró y dio la opción a los suyos de ganar el partido. Bodí marcó y, cuando parecía que la victoria se quedaría en casa, apareció un campeón del mundo como Ángel Montoro para marcar un golazo desde su casa. Empate. Empate en un partido de auténtica locura y descontrol.