Paco Jémez será presentado hoy como nuevo entrenador de la UD Ibiza. El técnico llega a la isla para recuperar a un equipo que está en caída libre y que en las últimas jornadas, con Pep Lluís Martí al mando, evidenció muchos problemas. Cuatro derrotas consecutivas –una en Copa del Rey– son demasiadas para un equipo que está llamado a pelear por la primera posición y que cuenta con una de las plantillas más caras de la categoría, con nombres que deberían marcar las diferencias y que todavía no lo están haciendo.
Así pues, lo primero a lo que tendrá que enfrentarse Jémez a su llegada es a recuperar la mejor versión de algunos jugadores, que llevan muchos partidos lejos del nivel esperado. Los aficionados ya habían empezado a señalar a algunos jugadores a los que acusaban de falta de actitud.
Recuperar a estas piezas clave podría venir de la mano de superar al gran problema en este inicio de temporada. La falta de capacidad ofensiva. En las primeras jornadas, el conjunto celeste no sólo ha tenido problemas para ver portería, también los tenía simplemente para generar ocasiones. Todo esto hace que la Udé lleve tan solo ocho goles en los 12 encuentros disputados hasta la fecha y sólo el Ourense, en el grupo 1 con seis dianas, presenta unos números peores en la categoría.
Jémez parece un seguro para cambiar esta dinámica, ya que si en algo se ha caracterizado sus equipos a lo largo de su extensa trayectoria en los banquillos es por hacer goles. En los 501 partidos que dirigió, según recoge el portal de fútbol Transfermarkt, sus equipos han logrado 647 tantos a favor. Eso sí, su fútbol alegre también le hace encajar y son 758 los tantos recibidos. Si bien es cierto que esto es entendible, ya que casi siempre ha cumplido los objetivos, dirigiendo equipo que peleaban en la zona baja de la tabla.
Primera etapa
Precisamente esto fue lo que ocurrió en su primera aventura en Ibiza. Cogió un equipo que debía pelear por la permanencia y la consiguió con mucho margen y con unos buenos números, que se resumen en 34 goles a favor y 36 en contra en los 21 partidos en los que estuvo al frente. Siete victorias, seis empates y ocho derrotas para atesorar 27 puntos y hacerse con la confianza de un afición que está celebrando su regreso.
Otro aspecto que quedó reflejado en aquella breve etapa fue su apuesta por el 4-2-3-1, un sistema que le ha acompañado en gran parte de su carrera. Si bien es cierto que también ha utilizado en varias ocasiones el 4-3-3. Lo que sí se mantiene siempre es un pivote de corte defensivo, que en aquella temporada en Segunda División ocupó siempre que estuvo disponible Pape Diop, que hizo pareja con Manu Molina. En aquel equipo, de carácter muy ofensivo, Guerrero jugaba como enganche, Cristian Herrera en una banda, mientras que la otra se la repartían Ekain, Nono, Davo y Miki Villar. Si bien, el vasco terminó jugando de delantero centro en detrimento de Castel.
Ahora todo lo que hable serán elucubraciones, pero la realidad es que en Ibiza hay expectación por ver qué será capaz de hacer Paco Jémez con una plantilla que, a priori, es superior a la mayoría de los equipos de la categoría y que debería dominar el juego y los partidos.