Los cerca de 300 jugadores que componen la Academia de la UD Ibiza vivieron el sábado en el descanso del partido entre el primer equipo celeste y el Marbella un momento muy especial durante la vuelta de honor que les permitió compartir y sentir de cerca el calor de los más de 2.000 aficionados que se reunieron en Can Misses.
Para algunos de ellos fue la primera vez que pisaban el césped del estadio. Ejemplo de ello fue Adrián Díaz, portero del juvenil B: «Es bonito ir con tus compañeros por el césped mientras en el estadio vas viendo gente que conoces. Muchos hemos pasado por la grada como aficionados, en la banda como recogepelotas, ahora por el césped… ojalá algún día debutar en un partido, eso sería un sueño». Esta experiencia no es especial únicamente para los jugadores, si no que también lo es para sus entrenadores. Lucca Vaz, miembro del cuerpo técnico del prebenjamín B, resaltó la felicidad de los niños durante el recorrido: «Los chicos estaban alucinando desde que han entrado al estadio. En el descanso sentían que estaban dando la vuelta de honor de los campeones. Ha sido un día redondo».
Para los jugadores de una mayor edad y madurez deportiva también simboliza algo importante, como relató Marc López, parte del staff del cadete B: «Siempre es interesante y motivante para los jugadores hacer este tipo de actos con la Academia. Luce y pone en valor todo el trabajo que hay detrás. Acciones como esta generan vínculo entre afición, Academia y Primer Equipo».
Por último, Álvaro Olmedo, coordinador de Fútbol Base y uno de los impulsores de esta iniciativa, aseguró que "es un día especial para los jugadores y entrenadores del club. Desde finales de julio que empezaron los primeros equipos son muchos días y muchas semanas de dedicación e ilusión. El aplauso que se han llevado del estadio es un reconocimiento para todos ellos».