El partido contra el Algeciras es un soplo de aire fresco para la UD Ibiza. De un plumazo se han derribado muchas de las barreras que tenía el equipo y ahora sólo falta ver si esta inyección de moral sirve para que se mantenga en el tiempo.
Si algo estaba caracterizando al equipo desde la llegada al banquillo de Miguel Álvarez era su mejoría defensiva, con un conjunto mucho más ordenado que en los tiempos de Jémez, pero también su falta de gol. El equipo generaba —no demasiado, pero sí lo suficiente—, aunque no era capaz de mandar el balón a la red contraria.
Así se fueron sucediendo los empates: una racha de cuatro partidos igualando que se rompió en Can Misses ante el Algeciras, celebrándose así el primer triunfo de la era Miguel Álvarez. El cuarto del equipo en toda la temporada.
Además, el triunfo sirve también para cambiar el prisma. Se pasa de cinco jornadas sin conocer la victoria a cinco sin perder, ya que, como se menciona anteriormente, al duelo contra los andaluces le precedían cuatro empates.
Goles
Pero esta no es la única lectura positiva que deja el encuentro. La victoria vino acompañada de tres goles. Si la jornada anterior ante el Europa había llegado el primero desde el cambio de entrenador con un golazo de Bebé, esta vez el equipo se desató, destapó el tarro del gol y marcó tres, algo que no había logrado en todo el curso. Hasta el domingo acumulaba nueve tantos en 13 partidos.
Más alegrías llegan si se miran los nombres de los autores. En el mismo encuentro, los dos delanteros habituales se quitaron la losa y recuperaron confianza. Davo y Sofiane pudieron volver a sonreír. Para este último es el primer gol que celebra con la camiseta celeste. Ocasiones había tenido de todos los colores, pero la ansiedad estaba pudiendo con el francomarroquí. Su gol fue sencillo, pero había que estar ahí para empujarla y liberar toda la rabia acumulada.
Tampoco estaba fino Davo, que logró el segundo de su cuenta —ya había marcado ante el Marbella—. El delantero, que llegó el curso pasado como uno de los fichajes clave del mercado invernal, llevaba muchas semanas peleado con el gol y no sólo pudo celebrar uno, sino que también asistió a Fran Castillo, que igualmente se estrenó.
Castillo es uno de los refuerzos más interesantes de esta temporada. Llegado del Torremolinos y elegido mejor jugador de Segunda RFEF, destacó el año pasado por su capacidad goleadora llegando desde segunda línea. En la isla se esperaban con ganas sus goles y el primero fue una auténtica obra de arte.
Tres goles con tres nombres propios que en la isla se espera que sean el punto de inflexión: el cambio que necesitaba el equipo para empezar a creer y mirar hacia arriba. La siguiente prueba, en Sabadell, será una buena piedra de toque para testar la mejoría de un equipo que, si gana, volverá a verse cerca de las posiciones de playoff.