La UD Ibiza está en descenso. Por primera vez desde que los celestes juegan en Primera RFEF, acaban la jornada clasificados en las posiciones que les harían perder la categoría. Tras dos años peleando por volver al fútbol profesional, este curso está siendo para olvidar. Los resultados no terminan de llegar y el equipo sigue en la zona baja de la tabla. El hecho de caer a posiciones de descenso resume perfectamente la crisis de los de Can Misses.
No entraba en los planes de nadie que un proyecto confeccionado para ascender, con una capacidad económica importante, pudiese estar atravesando este momento. Los jugadores no están dando el nivel que se les presupone. Con un técnico del nombre de Paco Jémez, el equipo no terminaba de funcionar. Llegó Miguel Álvarez, cuyo nivel y capacidad están fuera de duda, y la cosa no arranca. Hubo una mejoría en defensa, pero insuficiente, ya que el frío dato es que el nuevo entrenador no tiene mejores números que los cosechados por Jémez. Desde el cambio de técnico son siete de los 21 puntos en juego.
Esto hace que las miradas se empiecen a poner sobre la plantilla. Jugadores con unos contratos elevados y un rendimiento muy bajo. Jugadores que llegaron para marcar diferencias, pero que no lo están haciendo. Jugadores con un cartel de categoría superior, pero que están dando una versión que no es suficiente para Primera RFEF. Y el mercado invernal a la vuelta de la esquina. La historia celeste invita a pensar en un gran número de salidas y llegadas para enero, pero para eso todavía hay que esperar.
Una historia de la UD Ibiza que también tiene un par de jornadas en posiciones de descenso en la categoría de bronce, en la antigua Segunda B. Fue en su primera temporada, disputando el grupo IV. Un año complicado que empezó muy mal, pero que pudieron acabar enderezando.
Enfado
Pero más allá de este golpe anímico de verse en posiciones de descenso, esta semana deja otra imagen: la del tremendo enfado de Miguel Álvarez en el entrenamiento. Las cámaras de IB3 captaron las duras palabras del técnico, que recriminaba el gesto que le había hecho un jugador durante el partido contra el Sabadell.
"He pasado más hambre que el perro de un afilador. Un futbolista, una puta mierda como se llame. El que me quiera hacer gestos, que me los haga. Le voy a comer la yugular. ¿Vale? A partir de ahí, el que no, yo le voy a dar todo. Soy facilón. Se lo doy todo. ¿Vale? Pero retos, a mí, pocos. ¿Estamos de acuerdo? Si hay una persona y es egoísta, sale. Esto es un deporte colectivo", recogen las imágenes, en las que se veía a Álvarez molesto.
No bajan las aguas tranquilas por Can Misses. A los problemas de resultados se suma esta desconsideración que habría hecho un jugador. Los rumores apuntan a uno de los pesos pesados del vestuario, pero las cámaras de televisión no captaron la imagen.
No parece que vayan a ser unos días sencillos antes del parón navideño, sobre todo si los resultados no terminan de llegar. Este domingo, ante el Villarreal B, buscarán salir de las posiciones de descenso.