Gregorio Manzano sigue los pasos de Héctor Cúper. El entrenador jienense, que en breve se convertirá en el que más partidos ha dirigido al Mallorca en Primera División, tiene un nuevo reto en su punto de mira. A falta de cuatro partidos para que la Liga doble la esquina, el conjunto balear tiene la posibilidad de certificar la mejor primera vuelta de su existencia y de sumergirse en el segundo ciclo de la campaña con serias opciones de seguir peleando por entrar en Europa. De momento, la marca de referencia la estableció el preparador de Chabas durante el curso 1998-99. En aquella ocasión, el cuadro isleño recopiló 32 puntos (cinco menos de los que tiene ahora) después de medirse a todos los equipos de la Liga y unos meses más tarde cerró el torneo en tercera posición.
El Mallorca se enfrenta a un doble desafío, ya que además de actualizar sus dígitos más brillantes puede dejar apalabrada la permanencia, que se ha convertido en el objetivo central del proyecto. Para ello, los rojillos cuentan todavía con cuatro balas en la recámara. La primera de ellas la agotarán el día 3 en Son Moix, ante un Athletic que no podrá contar en Palma con Toquero. Una semana más tarde (10 de enero) el grupo encarará una de las citas más espinosas del ejercicio y cruzará los muros del Santiago Bernabéu, donde le espera el renacido Madrid de Manuel Pellegrini. El último partido en casa de esta primera fase del torneo regular se escenificará en Son Moix (17 enero) ante el Deportivo, que al igual que el conjunto isleño ha asumido el papel de equipo revelación. Ya a finales de mes (día 24), el Mallorca vaciará el cargador ante el Espanyol, durante su estreno oficial en el campo de Cornellà. Los del ONO Estadi necesitan sumar cinco de los doce puntos que habrá en juego para seguir haciendo historia y ampliar sus horizontes.