El Valencia se metió en los cuartos de final de la Liga Europa en un partido de vértigo ante el Werder Bremen que se saldó con un empate a cuatro y en el que los dos equipos tuvieron incluso más posibilidades de gol.
El tanto decisivo lo marcó David Villa, en un contragolpe en el minuto 66. Era el cuarto del Valencia y el tercero en su cuenta personal en una noche difícil de olvidar.
La clave del partido estuvo en buena parte en la efectividad del Valencia a la hora de rematar a puerta durante el primer tiempo y, por otro lado, en un desastroso comportamiento defensivo del Bremen, cuyos defensas le reglaron constantemente la espalda a los delanteros contrarios.
El partido tuvo un comienzo vertiginoso y esperanzador para el Valencia, que en el minuto 3 ya iba ganando por 1-0, con un gol de David Villa tras un pase de David Silva, que firmó un gran partido.
Al llegar el cuarto de hora, el Valencia, por medio de Mata y otra vez a pase de Silva, hizo el segundo y antes había tenido dos ocasiones claras.
En la otra portería también había ocasiones de peligro. Antes del 2-0 el Bremen había tenido por lo menos tres. El Valencia había llegado a una situación en la que no sólo había compensado el gol en contra de la ida, sino que, con dos tantos como visitante, le servía cualquier empate. Y además iba ganando.
No obstante, por la manera como se desarrollaba el partido no se podía decir que nada estuviese escrito. El Werder Bremen atacaba y generaba ocasiones e incluso Schaff muy pronto -en el minuto 22- decidió arriesgarlo todo y sacrificó un volante de contención, Tim Borowski, para darle paso al delantero portugués Hugo Almeida.
Cuatro minutos después Almeida hizo el gol del descuento. En el 35 Aaron Hunt tuvo el empate en sus pies, tras un gran pase de Ozil, y remato desviado. En el 36 fue Almeida el que falló.
Villa, en cambio, cuando el primer tiempo estaba a punto de terminarse, no falló cuando tuvo la posibilidad de marcar el tercero y permitió al Valencia, con un 3-1 a favor, irse al descanso con una ventaja cómoda.
Los alemanes necesitaban tres goles más para ganar la eliminatoria.
El partido siguió siendo de vértigo. El Bremen apretó buscando la remontada y logró el 3-3. Primero, un penalti de Jordi Alba a Marko Marin fue convertido por Torsten Frings. Luego, el propio Marín empató tras una falta sacada en corto por Ozil que sorprendió a la defensa del Valencia.
Sin embargo, cuando todo indicaba que iba a empezar el sufrimiento para el Valencia para mantener el 3-3, Villa culminó un contragolpe y rubricó el 3-4 en el momento más difícil del partido.
Pero los alemanes le volvieron a poner dramatismo al duelo con el empate a cuatro, logrado por Pizarro en el 83.