Portugal y México se clasificaron hoy para las semifinales del Mundial Sub'20 al despachar a Argentina, monarca histórico del torneo, y a Colombia, anfitrión de la edición dieciocho del certamen juvenil.
Portugal, tras igualar sin goles con Argentina y eliminarlo en la tanda de penaltis, se enfrenta en las semifinales el miércoles próximo en Medellín contra el vencedor entre Francia y Nigeria, que se resolverá mañana.
México, que derrotó por 3-1 a Colombia, se enfrentará también el miércoles pero en Pereira al ganador entre Brasil y España, que mañana deciden su suerte.
La fiesta que se había armado en el estadio El Campín, de Bogotá, para animar a la selección local terminó en manos mexicanas, en un partido que tuvo al punta Edson Rivera como figura.
El delantero, de la cantera del Atlas, anotó un doblete y es el autor material del paso de los dirigidos de Juan Carlos Chávez a la fase de los cuatro mejores del torneo.
Colombia planteó un partido agresivo, con James Rodríguez como su cerebro y Luis Muriel vestido de matador.
Pero el esquema táctico de México cerró las bandas, escalonó las marcas y le apostó a pelotas largas que complicaran a la defensa. Eran conocidas las fisuras en la zaga colombiana, que contra Costa Rica en el partido de octavos se agigantaron.
México revisó los vídeos y cobró los errores en las jugadas a balón parado, en las que obtuvo un penalti, cambiado por gol por Erick Torres, y una anotación de cabeza, la primera de Rivera.
Colombia luchó más con el empuje que bajaba desde las gradas que con buen fútbol.
Empató a través de Duvan Zapata con un remate de larga distancia y ayudado por una falla grosera del guardameta José Rodríguez, a quien se le coló el balón entre las piernas.
Pero el milagro local no llegaría como lo hizo saber, de nuevo, Rivera al sentenciar el 3-1 a dos minutos del final.
En la llave entre Portugal y Argentina hubo dos protagonistas: el guardameta lusitano Mika y el calor de Cartagena.
Fueron un poco más de 120 minutos disputados bajo 33 grados de temperatura y humedad relativa del 76 por ciento. Factores que justificaron un partido lento y precavido, guardar aire en el tanque era la mentalidad de ambas selecciones.
Pero quien mantuvo el termómetro siempre frío fue el portero Mika, que completó 480 minutos imbatible, ahogó el grito de gol Albiceleste y en la tanda de penaltis revivió a Portugal del ataúd en el que moría.
Portugal y Argentina durante el partido se alternaron la pelota, siempre con un poco más de dominio de los sudamericanos, que no encontraron la manera de vulnerar la muralla lusa.
Argentina le apostó a sus individualidades, pero Lamela, Iturbe y compañía se mostraron erráticos en la puntada final.
De hecho fue Andrada, el meta de las filas del Lanús, quien se convirtió en la figura argentina al atajar cuatro remates francos, incluido uno de Rafa en el minuto 100 que pudo poner punto final por anticipado a la serie.
Tras el 0-0 y el pacto tácito de definir la suerte desde los penaltis, a Argentina le sonrió el destino al llegar al cuarto lanzamiento con dos anotaciones de ventaja, tras los fallos de Danilo y Roderick.
Se oían clavar los clavos en el cajón fúnebre de Portugal, pero ahí estaba Mika para resucitarlo.
González Pirez lanzó al palo y luego el meta del Leiria le atajó el cobro a Ruiz. Dos cobros después, llegó la salvación, Mika se estiró y con su mano izquierda detuvo el remate Tagliafico y elevó a Portugal al edén de las semifinales.