La española Carolina Marín ha conquistado este domingo el título en el Campeonato del Mundo de bádminton, disputado en la ciudad de Nanjing (China), después de ganar en la final ante la india Pusarla V. Sindhu por 21-19 y 21-10 en un partido que se ha alargado 46 minutos.
Marín, vigente campeona olímpica tras haber vencido precisamente a Sindhu en la finalísima de Río 2016, logró así su tercer título mundialista para un palmarés en el que ya figuraban los de 2014 y 2015. Y con este triunfo en Nanjing, además, la española se convirtió en la primera mujer de la historia en ganar tres veces el Mundial.
La jugadora de Huelva inició este duelo contra Sindhu más acertada que en las semifinales, tomando ventajas en el primer set (2-0 y 3-1) tras varios puntos de largo peloteo. La paciencia era otra arma con la que enfrentarse a una rival situada en el número 3 del ranking internacional y que ya había salido subcampeona del Mundial 2017.
Pero la india, a un gran nivel durante todo este certamen, reaccionó rápido y remontó hasta igualar el marcador (3-3) e incluso ponerse 5-8 arriba. Para evitar más flaquezas, Marín metió un profundísimo golpe de revés a la esquina izquierda de su ataque; el volante rozó la línea y estableció el 6-8, rompiendo con la mala dinámica gracias al 7-8 inmediatamente posterior.
Sindhu volvió a distanciarse, llegando al minidescanso con 8-11 a su favor. El set siguió por la misma línea en la reanudación, merced a un parcial de 1-3 firmado por la asiática (9-14). Aunque ahí Marín mantuvo la concentración, no entró al 'trapo' de la guerra psicológica planteada por su rival y luego recuperó la delantera en el resultado (16-15 y 17-16).
MARÍN, INAPELABLE EN EL SEGUNDO SET
En ese intercambio de raquetazos cruzados y miradas desafiantes entre parones innecesarios, la andaluza tuvo más tino y se puso con un 'set point' favorable (20-18). Ése lo desaprovechó, después de que la india enviara a la línea de fondo un 'smash'; no obstante, de inmediato certificó el 21-19 y se anotó así la primera manga en 25 minutos.
La onubense comenzó inspiradísima el segundo set, con una defensa cercana a la perfección y haciendo un parcial de 5-0 que ya fue un duro obstáculo para Sindhu. Los golpes cruzados hicieron daño a la asiática, que se había perdido en innecesarias batallas extradeportivas; de hecho, y con 8-2 a favor de Marín, el árbitro avisó a ambas jugadoras de que se centraran en el mero peloteo y no en otras tácticas de desconcentración.
Sindhu fue incapaz de afrontar la segunda manga con esa determinación que mostrada a lo largo del campeonato, pues había alcanzado la final sin ceder un solo set. La española se soltó y disfrutó sobre la pista, llegando al minidescanso con una amplia renta (11-2) que administró con maestría hasta adjudicarse el triunfo por 21-10 y celebrar su tercera corona mundialista con una brillante sonrisa entre abrazos de sus entrenadores.