La Policía Nacional ha instruido un oficio a la Direcció General d'Emergències del Govern balear y a sus órganos superiores en los que hacen constar «irregularidades» cometidas por el Atlètic Baleares ante la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19. Los hechos denunciados se produjeron durante la disputa del partido de Liga, correspondiente a la tercera jornada de Segunda División B, que disputó el conjunto blanquiazul ante el Atlético de Madrid B en el Estadi Balear (1-1).
En el oficio policial, el inspector del Cuerpo Nacional de Policía responsable del dispositivo de seguridad del encuentro hizo constar que, en la reunión previa mantenida el viernes 30 de octubre entre el representante y director de seguridad del club y el coordinador de seguridad, se establecieron -y así quedó reflejado en acta- varias directrices de obligado cumplimiento en materia de seguridad.
Una de ellas era que ante la situación de pandemia se aconsejaba que la entrada al recinto deportivo se realizara de forma escalonada, citando a sus socios en diferentes horas para evitar aglomeraciones a la entrada y salida, al igual que en ciertas zonas del estadio.
En ese mismo acto se estableció que se dejarían como mínimo dos asientos libres por cada uno ocupado alternándose de una fila a otra para de esta manera poder garantizar la distancia de seguridad interpersonal de 1,5 metros de distancia.
El Estadi Balear dispone de tres gradas con una aforo de 4.175 asientos, por lo que al ser una competición deportiva al aire libre el aforo máximo permitido era de 1.000 personas.
Al inicio del dispositivo de seguridad del día de partido se observó que el club había instalado pegatinas que prohibían sentarse en asientos alternos, pero dejando una distancia de escasos 50 centímetros entre espectadores. Fue en ese momento cuando el director general del Atlètic, Guillermo Pisano, manifestó que la regulación sobre las condiciones para la celebración de competiciones deportivas había sufrido una modificación que le permitía acomodar a los aficionados un asiento sí y otro no, ya que la norma dice: «En la distribución del público asistente se procurará la distancia máxima entre personas».
Tanto el coordinador de seguridad como el inspector de la Policía Nacional responsable del operativo informaron que lo que estaba argumentando el ejecutivo del club era una mala interpretación de la norma, ya que dicho apartado se refiere a cuando en el recinto deportivo pueden entrar hasta el 75 por ciento del aforo y no se puede mantener la distancia de 1,5 metros.
En el Estadi Balear, con capacidad para 4.175 personas, para respetar la distancia máxima permitida se tiene que dejar entre cada espectador tres asientos libres, al no poder entrar más de 1.000 aficionados.
El partido fue televisado y se observó por parte de la fuerza policial actuante, que ha aportado fotografías, que en la zona de palcos no se mantuvo el distanciamiento social, siendo inferior a 1,5 metros. El público de la grada norte en todo momento del partido se encontraba de pie en sus asientos.