Cuando peor lo estaba pasando la selección española de baloncesto en el cruce de los cuartos de final del Europeo contra Finlandia, el capitán Rudy Fernández alzó la voz al descanso en el vestuario con un discurso que hizo reaccionar en la reanudación a sus compañeros, que se redimieron de un mal primer tiempo para sellar el pase a semifinales (100-90).
«Cuando le oía pensaba: ‘se está pasando'. Entonces yo no he tenido que levantar la voz ni un decibelio. Me he limitado a decir las cuatro cosas que tenían que hacer en ataque y las cuatro cosas que tenían que hacer en defensa y, en ese momento, no he tenido que añadir broncas», reveló Sergio Scariolo.
El técnico italiano se refería al toque de atención con el que el mallorquín zarandeó a sus compañeros en el vestuario del Mercedes-Benz Arena de Berlín al descanso del partido contra Finlandia. España perdía de nueve puntos (43-52) tras un primer tiempo en el que el vistoso equipo nórdico pasó por encima de la campeona del mundo.
Esta escena contada por el técnico y los jugadores del equipo nacional es un ejemplo más del ascendente que el jugador balear del Real Madrid tiene en un grupo muy joven y sin experiencia que, pese a ello, sigue vivo en la terna por las medallas.
Experiencia
Rudy es una de las claves de este inesperado éxito. A sus 37 años, el jugador mallorquín es una referencia tanto dentro como fuera de la pista. Encima del parqué sigue siendo un puntal. Contra Finlandia, sin ir más lejos, apareció en defensa con cinco robos y no le quemó el balón desde el perímetro en el último cuarto para que España imprimiera el billete a las semifinales de un Eurobasket por undécima vez consecutiva.
Fuera de la pista es un referente. Sus diez medallas y 245 partidos con el equipo nacional le avalan. Sin los hermanos Gasol, ni el lesionado Ricky Rubio, el escolta del Real Madrid es un espejo en el que se miran sus compañeros. Además, se ha implicado en unir al grupo en un momento de transición entre una generación que besó la gloria y un grupo de jóvenes que busca seguir sus pasos.