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Nadal se lesiona y dice adiós al Open de Australia

Un tirón en la zona de la cadera al final del segundo set le merma y cae derrotado 6-4, 6-4 y 7-5

Nadal, cariacontecido, durante su encuentro ante McDonald. | JAMES ROSS

| Palma |

Rafael Nadal ha dicho adiós al Open de Australia tras lesionarse en su partido de segunda ronda ante el estadounidense Mackenzie McDonald, quien había ganado 6-4 el primer set y dominaba también el segundo set por 5-3 cuando notó un pinchazo en la zona de la cadera. A pesar de todo consiguió ganar su juego pero perdió el segundo set también por 6-4. El ganador de 22 Grand Slams se retiró al vestuario para ser tratatado por los fisioterapeutas y volvió a la pista para intentar seguir jugando, pero se veía que su movilidad estaba muy reducida. A pesar de todo, continuó luchando acortando los puntos por su merma física y a base de 'palazos' y golpes de fantasía se mantenía vivo en el set hasta que en undécimo juego perdó su servicio y con 6-5 en contra el norteamericano logró cerrar el encuentro por 7-5.

Antes de que se produjera la lesión, MacDonald estaba realizando un gran encuentro. Ante un inicio errático del 'manacorí', el californiano, apoyado en un gran servicio, dominó el primer parcial y aunque Nadal reaccionó no pudo evitar perder 6-4. El segundo set no comenzó nada bien tampoco para Nadal, que perdió su servicio en el primer juego. Pero con 0-2 en el marcador, el ganador de 22 Grand Slams comenzó a moverse mejor en la pista e incluso parecía que tomaba el control del encuentro. McDonald seguía estando a un gran nivel y con 3-3 en el marcador logró romper el servicio del mallorquín por cuarta vez merced a su acierto con el resto, sobre todo ante el segundo servicio de Nadal. Un jarro de agua fría ya que parecía que el 'manacorí' había elevado sus prestaciones. Con 3-4 llegó la lesión de Nadal al desplazarse para golpear con su derecha. Sintió un pinchazo en la parte izquierda de su cadera y ahí, a pesar del pundonor del número 2 del mundo, la suerte estaba echada.

Las caras en el box de Nadal eran un poema e incluso su mujer, Mery Perelló, no pudo aguantar la pena y se le saltaron las lágrimas.

Nadal vivió una situación parecida en la final del OPen de Australia de 2014 cuando, lesionado en el segundo set en la espalda, nunca arrojó la toalla pese a su evidente inferioridad. Infiltrado y con dos mangas abajo, ganó la tercera para honrar al tenis y al público, que disfrutó de una dramática final que se llevó el suizo Wawrinka en el cuarto (6-3, 6-2, 3-6, 6-3).

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