La Conference League ha dejado este jueves una imagen curiosa en el partido entre el Helsinki y el Aberdeen. El encuentro disputado en tierras escandinavas se jugó bajo un manto de nieve y los aficionados visitantes tuvieron una brillante idea: lanzar bolas de nieve al portero finlandés.
La lluvia de bolas de nieve obligó al árbitro a parar durante unos breves instantes el encuentro para recriminar la situación y amenazar con la suspensión si no se detenían. Incluso los propios jugadores del club escocés pidieron calma a sus aficionados. La megafonía del campo también pidió que se detuviese el lanzamiento de bolas de nieve. Finalmente el encuentro pudo continuar. El choque finalizó con empate (2-2).