Holi niñas y niños, hoy os voy a hablar de hilos, si, si, si, de hilos, pero no de un hilo cualquiera. No voy a hablar de los que se usan para coser el agujerito del dedo gordo del pie en el calcetín, tampoco del agujero del bolsillo por el que pierdes las monedas, ni siquiera del que se usa para subirte el bajo de los pantalones cuando te quedan largos. En este caso se podría usar pegamento, tengo que confesar que yo lo he hecho, pero sinceramente ¡No lo os lo recomiendo! ¡En el primer lavado, se despegaaaaa!
En este caso os voy a hablar de los hilos que unen, que conectan, que juntan, que conectan, que suman... a las personas que quieres.
A Nura le encantaba bañarse. Su madre y ella tenían la misma costumbre, repetían cada día: "Ahora vamos a dejar bien limpitos los pies.... y también las manitas, para que puedas coger muchas cosas ...".
Un día , cuando su madre llegó a la barriga, Nura le preguntó:
- Mamá, ¿para qué sirve el ombligo?
- Oh, Nura, no sabes lo contenta que estoy de que me hayas hecho esa pregunta! El ombligo es donde guardamos el secreto más bonito y entrañable: el secreto del hilo invisible.
¿Os imagináis niñas y niños que pudiéramos ser invisibles de vez en cuando? ¿Qué haríais? ¿En qué sitios os iríais sin que nadie os pudiera ver? ¿Os pondríais ropa estrafalaria sin vergüenza ninguna? ¿De quien os esconderíais? ¿De la vecina pesadísima que os estruja cada vez que os ve? ¡Este problema estaría resuelto si pudiéramos ser invisibles de vez en cuando. Bueno, volvamos al cuento ¡Me voy por las ramas! Nura estaba sorprendida. Nunca se había imaginado que el ombligo albergara algún secreto.
-Del ombligo salen muchos hilos que nos unen a nuestros seres queridos, más allá del tiempo y del espacio. Te lo voy a explicar, es muy fácil: "Significa que yo estoy a tu lado, aunque no me veas, y qué tú estás conmigo, aunque no pueda tocarte. Porque de tu ombligo sale un hilo invisible hacia el mío y al revés. ¡Estamos siempre conectadas!"
¡Al final va a ser verdad que somos invisibles en cierto modo! Su mamá le explicó a Nura que aunque no pudiera ver el hilo existía realmente. Igualmente que hay un montón de cosas que nos demuestran que están ahí aunque no las podamos tocar: El Amor, La Amistad, El
Miedo.... ¡Hay tantas! El hilo invisible es una de ellas.
Al día siguiente, Nura estaba jugando a piratas cuando vio a un niño que estaba llorando. Se acercó a él sin pensárselo dos veces:
- ¿Qué te pasa?- le preguntó Nura.
- ¿Quiero estar con mi mamá?
Hasta aquí os voy a contar. Ya sabéis que si queréis saber que ocurrió a Nura y sus amigos tendréis que LEERLO. Las bibliotecas y las librerías están llenas de fabulosas aventuras.