La Direcció General de Consum del Govern, que encabeza Xisco Dalmau, ha lanzado una campaña sobre el sector textil, que supondrá la comprobación de los productos que están a la venta y si su composición se corresponde con el etiquetado. También se reforzará el control de tejidos que podrían ser potencialmente peligrosos. La Comunitat Autònoma carece de laboratorio propio, pero puede remitir los productos sospechosos al del Ministerio en Madrid. También, en caso necesario, podría contratar un laboratorio privado.
El caso de la mujer que lleva cuatro meses hospitalizada con quemaduras graves tras ponerse unos pantalones marca Coole comprados por ocho euros en Pere Garau ha encendido todas las alarmas. Xisco Dalmau afirma que «esta vez nos centraremos en el textil, tanto en comercios como en vendedores ambulantes. Si es necesario, analizaremos las prendas y actuaremos en consecuencia si detectamos responsabilidades de fraude». El director general reconoce que «es insuficiente el número de inspectores que tenemos. En total son nueve. Siete de ellos están en Mallorca y sólo hay uno para Eivissa y otro para Menorca. Sería conveniente hacer un esfuerzo para incrementar la plantilla en seis o siete personas más. De momento en verano tenemos que enviar refuerzos desde Mallorca a las Pitiüsas».
Respecto a los usuarios que se sientan perjudicados o estafados, Dalmau destaca que «tienen a su disposición a nuestros servicios jurídicos, que pueden asesorarles en todo lo referido a los juicios verbales por los que pueden encontrar una compensación de manera rápida». En su nueva etapa, la Dirección General de Consum ya ha impuesto multas por valor de 690.000 euros, sobre todo a comercios que no tienen la documentación en regla.