El iraquí Fadi Essa (30 años) y el sirio Ward Alsoliman (24 años) son dos de los ocho refugiados procedentes del conflicto sirio que llegaron a Palma el pasado día 30 de mayo. Los dos jóvenes viven actualmente en el albergue de la Platja de Palma gestionado por Creu Roja Balears.
Sus testimonios se suman al de Mousa, un joven que proviene de Damasco (Siria) y que hace una semana ya relató su dramática historia a Ultima Hora.
«La realidad que hemos vivido es mucho peor que la que están contando los medios de comunicación. Hemos estado meses tirados, casi sin ayuda, viviendo en un infierno», afirma Fadi Essa, que critica «la falta de ayuda y el abandono» de los países europeos a los refugiados.
El iraquí, que ha pedido asilo junto con su hermano –que también vive en el albergue–, relata que trabajaba como informático en un hotel de Mosul y que decidió huir «porque hay guerra en mi país» y no quería morir «a manos del Estado Islámico, que se ha quedado mi casa y que la ha marcado como si fuéramos apestados, porque somos de familia cristiana».
Fadi explica que él y su hermano viajaron de Irak a Turquía, país en el que permanecieron cerca de un mes, y de allí a Alepo (Grecia), «donde estuvimos cerca de dos meses y medio».