Pepe Soto, un catalán que construyó un catamarán en el patio de su casa con sus propias manos para cumplir su sueño de cruzar el océano hasta San Blas, Panamá, ha quedado averiado en Ibiza.
A finales del pasado mes emprendió su aventura partiendo de Roses en dirección a Balears, la primera parada de su viaje.
Pero algo falló en el trayecto y se le averió el único motor que llevaba a bordo, obligándole a pedir ayuda a Salvamento Marítimo, que lo remolcó hasta un puerto de la isla pitiusa.
Ahora, el apoyo anónimo y desinteresado que le ayudó a construir pieza por pieza la ilusión de su vida de hacerse a la mar vuelve a reactivarse, con el fin de conseguir fondos para poner en marcha otra vez el catamarán, con la ayuda de la solidaridad ciudadana, y el canal que facilitan las redes sociales.