Mariano Rajoy cumple el guión y Baleares será de nuevo una de las comunidades en las que menos invertirá el Gobierno este año. Como viene sucediendo históricamente cada vez que se presentan los Presupuestos Generales del Estado, las Islas quedarán en 2017 de nuevo a la cola en inversión, con tan solo Navarra y La Rioja en peor posición.
En inversión por habitante, las Islas salen perjudicadas notablemente en la comparación con estas dos comunidades autónomas ya que su población es muy inferior a la de Balears.
La inversión prevista el año que viene en las Islas cae un 7 por ciento y de los 159 millones de inversión que se presupuestaron en 2016 se pasará a 148 millones en 2017. Es cierto que la caída es general en todas las comunidades autónomas excepto Canarias, pero también lo es que Baleares parte de una situación peor que la de otras comunidades autónomas. En las cuentas que este martes registró el ministro Cristóbal Montoro en el Congreso hay otro dato preocupante para las Islas: no aparecen por ningún lado los 120 millones de euros que el Govern ha incluido en sus propios presupuestos en concepto de ingresos por el convenio de carreteras. Montoro firmó un protocolo de intenciones con la presidenta del Govern, Francina Armengol, por el que se comprometía a pagar 80 millones al año durante tres años por el dinero que le debe en materia de carreteras. El año pasado no llegaron los 80 millones y en los Presupuestos que se presentaron solo figuran 15 millones del total.
Este incumplimiento indignó este martes a la consellera d'Hisenda, Catalina Cladera, cuando comprobó que de los 120 que ella ha incluido en los Presupuestos de la Comunitat (80 de 2016 y 40 de 2017) solo se han presupuestado 15 millones. Aseguró que el Govern está «decepcionado» por la bajada de las inversiones e «indignado» por el hecho de que el ministro no cumpla su palabra y deje a Baleares sin los 105 millones de euros para carreteras. La consellera recalcó que este dinero sí se ha invertido en Canarias, por lo que opinó que el Gobierno utiliza las cuentas «para usos partidistas y políticos, para conseguir una aprobación de los presupuestos pero no lo hace velando por los intereses de todos los ciudadanos ni les trata de manera equitativa».