El pasado curso 2016-17, la Conselleria d'Educació i Universitat, con Martí March al frente, detectó y derivó a la Conselleria de Salut 243 posibles casos de alumnos con trastorno del espectro autista. Aunque llevaba varios años funcionando, el departamento de Educació reactivó el funcionamiento del Equip d'Avaluació de les Dificultats Socials i de la Comunicació, con el objetivo de mejorar el trabajo de detección e intervención respecto a los alumnos con trastorno autista, y consolidar la coordinación con la Conselleria de Salut.
El director general d'Innovació i Comunitat Educativa, Jaume Ribas, ha explicado que «hasta ahora sólo tres personas han integrado el equipo evaluador en toda Balears. El curso que viene serán cinco, tres en Mallorca, una en Menorca y la quinta en Pitiüses. Esta potenciación del servicio se debe a que se está incrementando la presencia del trastorno autista. De hecho, Balears participa, junto con el País Vasco y Canarias, en un estudio europeo sobre el incremento progresivo del trastorno en niños de entre 8 y 10 años, teniendo en cuenta que antes había comportamientos que no eran incluidos en esta condición y ahora sí».
Resulta importante la detección temprana del trastorno, «pues si se produce antes de los siete años de edad, se puede trabajar en una evolución positiva. Para ello existen pruebas estandarizadas a partir de determinados signos de alarma. Y los profesores deben estar formados para estar atentos a esos signos de alarma y transmitir la situación a los orientadores educativos. A partir de ahí, ya interviene Salut para emitir el diagnóstico. La ventaja es que tenemos escolarizado a aproximadamente un 95 % de los niños de 3 años y eso facilita la detección temprana, aunque nos encontramos con familias que niegan la situación, pero hay otras que la detectan y nos la comunican de manera inmediata», señala el director general.