Sorpresa que, previsiblemente, tendrá consecuencias, incluso en el seno del propio Govern y que crispará las relaciones entre Podemos y Més.: una enmienda del grupo morado desbarató este jueves toda la estrategia de promoción turística de la conselleria que dirige Bel Busquets para el próximo año, que ha quedado prácticamente desmantelada.
El Parlament, durante la última jornada del debate de Presupuestos, aprobó una serie de enmiendas de Podemos. Entre ellas, el traspaso de 2,7 millones de la antigua Agencia de Turismo para destinarlas a promoción de vivienda social. La enmienda, rechazada por Més y PSIB, prosperó gracias a que tuvo el apoyo del PP. Formalmente, por un error.
La portavoz adjunta ‘popular', Margalida Prohens reconoció que fue un error pero añadió que la responsabilidad no es suya sino de la consellera de Turisme y vicepresidenta del Ejecutivo, Bel Busquets, es «incapaz de controlar las enmiendas y defender sus propios presupuestos».
Esta votación, y las consecuencias que pueda tener (que hoy serán analizadas previsiblemente en la última reunión del Govern) alteró el pleno final de los Presupuestos y la estrategia de presentar su aprobación como anticipo de la estrategia de colaboración y pactos para después de las elecciones de 2019. Podemos ha dejado claro que su idea es formar parte del próximo Govern si la izquierda revalida su mayoría.
Bel Busquets se mostró profundamente indignada por lo sucedido. Afirmó que era una «enorme irresponsabilidad» y dijo: «Votando en pinza con el PP, Podemos ha incumplido el Pacto y tendrá que tendrá que dar explicaciones».
Recordó que ya hay otras partidas en las que se destina dinero a vivienda y a política social y que parte de la recaudación del Impuesto de Turismo Sostenible también se dedica a esos fines.
Según Busquets, ahora peligran «decenas de puestos de trabajo» y «tareas imprescindibles». Y dejó claro que habrá que trabajar para «restituir» este «desperfecto».
Laura Camargo, diputada de Podemos y muy beligerante contra la política turística del Govern no ocultó su satisfacción.
La federación hotelera critico la «irresponsabilidad» de ambos partidos y les acusó de poner en peligro la economía balear.